La muerte de un controversial

La muerte de un controversial

La muerte de un controversial

El expresidente cubano Fidel Castro, fallecido el pasado viernes, representó uno de los grandes liderazgos que ha tenido América Latina, logrando una proyección a nivel planetario.

Su llegada al poder en 1959, tras un exitoso proceso de guerra de guerrilla, marcó un hito en la historia del hemisferio.

Con su llegada al poder se inició en Cuba un período de grandes logros sociales y de importantes trabas a libertades públicas.

En otras palabras, le Era de Fidel dejó argumentos a sus apologistas y a sus detractores.

Durante ese período, la República Dominicana y Cuba supieron dar prioridad a sus buenas relaciones, aún cuando el entorno internacional colocaba a cada nación en polos ideológicos distintos.

El tiempo venció a Fidel Castro y ese mismo tiempo se encargará de auditar su dilatado ejercicio del poder en su país.

Los que hoy ejercen el Poder en la mayor de las islas antillanas tienen la responsabilidad de consolidar los logros sociales alcanzados allí desde 1959 hasta la fecha y restablecer libertades políticas y civiles cercenadas durante ese mismo período.

Fidel Castro fue un ícono en América Latina para uno de los dos polos que encabezaban las luchas ideológicas propiciadas por la “Guerra Fría”, que lideraban Estados Unidos y la extinta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).

Muchos llegaron a venerarlo y otros a odiarlo, pero de lo que no hay duda es de que su figura llenó numerosas páginas de la historia latinoamericana.



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