El Gobierno, definitivamente, amagó en el caso de los panaderos. Había un compás de espera para el diálogo que nunca honró.

Desde hoy, los consumidores se enfrentan a un doloroso dilema, ya que deben comprar el pan más caro o más chiquito.

Habrá resistencia por parte de los consumidores. Habrá huelga por varios días, quizá durante una semana, pero definitivamente la inmensa mayoría del pueblo tendrá que consumir pan, porque como dicen los panaderos, se trata de un producto que se puede “consumir hasta vacío”.

El Gobierno apostó a dejar el agua correr y hoy tenemos los resultados. Hay sectores que quieren inclinar la balanza hacia un lado, pero la realidad está a la vista.

No hubo interés en conversar con los panaderos. Plantearon que dieron la oportunidad de que el Gobierno buscara una solución a los altos costos que enfrenta ese sector, pero no hubo respuesta.

La Asociación de Comités de Amas de Casa puede encontrar apoyo en otras organizaciones o coalición de consumidores.

Puede hacer llamados para boicotear el consumo del pan. Incluso, podrán dejarlo de comprar durante varios días, pero lo cierto es que hay culpas repartidas en este enojoso incremento de su precio.

Todo luce que una parte del sector panífero incrementará el precio y otro reducirá su tamaño.

De cualquier forma una inmensa mayoría de hogares dominicanos saldrá perjudicada. Eso es muy lamentable.