Una dictadura se ha instaurado en Venezuela que tiene entre sus pocos aliados al Gobierno de la República Dominicana.

La dictadura encabezada por Nicolás Maduro tiene sobre sus hombros una pesada carga de muertos y de presos políticos.

Ha llenado a los países vecinos de exiliados económicos y políticos. Los opositores al régimen despótico venezolano son perseguidos y asediados.

Nicolás Maduro ha buscado por todos los medios de quitarle las atribuciones a la Asamblea Nacional, instancia elegida por el voto popular y la expresión del sentir de la mayoría de los venezolanos.

El régimen que aprisiona a Venezuela celebra o suspende elecciones cuando quiera, desconoce los instrumentos de la democracia, apresa o inhabilita a líderes de la oposición. Todo eso lo hacen Maduro y los suyos, contra quienes pesan también graves acusaciones de corrupción y narcotráfico.

América Latina no ha querido quedarse al margen de lo que ocurre en Venezuela y salvo voces como República Dominicana, Cuba, Nicaragua y Bolivia se han pronunciado en contra de la dictadura y los crímenes en Venezuela.
Pueblos como los latinoamericanos a los que la democracia les ha costado tantas luchas tienen la responsabilidad de acompañar al pueblo venezolano en la vuelta al estado de derecho.

Los métodos despóticos y dictatoriales de Maduro han llevado a Venezuela a una profunda crisis de la que cada vez es más difícil ver la posibilidad de una salida pacífica.