Clima de inversiones

Clima de inversiones

Clima de inversiones

Hay un hecho irrefutable que ha caracterizado la actual administración del presidente Fernández y ha sido su afán por propiciar y promover un clima de inversiones atractivo para el país.

Un clima de inversiones que se basa en la estabilidad de la economía, en el crecimiento de la clase consumidora, en el aumento del poder adquisitivo del dominicano, en el establecimiento de un marco legal adecuado, libertad cambiaria y en un régimen impositivo aceptable.

Sin embargo, atenta contra este buen clima la inseguridad jurídica de un sistema judicial temerario y fuera de control, la creciente violencia social, el desequilibrio presupuestal y las voces que propugnan por el retorno de una política internacional aislacionista.

La evidencia más reciente de ese buen clima de inversiones la tenemos en la transacción suscitada entre el grupo León Jiménez con su Cervecería Nacional Dominicana y la empresa Ambev.

Esta operación por millardos de dólares, establece un precedente en cuanto al valor de una empresa nacional, el mercado doméstico y el potencial internacional.

Pero al igual que ha sucedido con la cerveza Presidente, ya aconteció con el ron Brugal, la telefónica Claro, las concesiones de puertos, aeropuertos y carreteras.

Inversionistas extranjeros también participan en los negocios que eran de la Shell y la Texaco, incursionan en negocios nuevos como Orange y muchos otros ejemplos más, entre los cuales se destaca la inmensa inversión realizada por Barrick en Pueblo Viejo.

El clima de inversiones actual ha permitido atraer inversionistas que además de transferir riqueza, aportan divisas a la economía nacional. Así mismo, pagan impuestos, generan exportaciones y han creado miles de puestos de trabajo.

Abogamos para quien resulte nuevo mandatario de la nación tenga condiciones y  capacidades similares para atraer inversiones, y no para espantarlas.



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