Muchos de los ciudadanos haitianos que se acogieron al Plan Nacional de Regularización carecían de la documentación elemental de identidad que debe proporcionarles su país.

Han hecho las diligencias para que su Gobierno los dote de la documentación oficial indispensable, tales como acta de nacimiento y pasaporte, pero sus esfuerzos en la mayor parte de los casos han sido infructuosos.

De los 250,241 extranjeros que solicitaron regularizar su estatus migratorio hace tres años, apenas 7,834 han logrado completar sus respectivos expedientes.

Ningún país en el mundo puede concederle un estatus migratorio a una persona que no tiene los documentos de identidad de su país de origen. Por eso resulta indispensable que Haití cumpla con su responsabilidad.

La embajada haitiana ha entregado, a la fecha, 39 mil actas de nacimiento y 30 mil pasaportes a sus ciudadanos que han solicitado ingresar al Plan de Regularización que de manera gratuita ha implementado República Dominicana. Esa resulta una cantidad insignificante, si se toma en consideración que unos 240 mil no han completado sus expedientes.

La mayor parte de la responsabilidad de que esos ciudadanos haitianos no hayan recabado la documentación requerida recae sobre la incapacidad o negligencia de su Gobierno.

Esas personas, que han mostrado interés en regularizarse, residen, y muy probablemente seguirán residiendo, en el país. Por tanto se hace necesario contemplar la posibilidad de ampliarles el plazo, mientras se le exige al Gobierno haitiano que cumpla con sus responsabilidades.

Hacia allá es que debe estar mirando la irresponsable comunidad internacional.