Una mala señal

Una mala señal

Una mala señal

 

Frente a nuestras narices las confrontaciones políticas están subiendo de tono. La violencia discursiva está dando indicios de que puede mutar a violenta física y empieza a afectar la economía interna.
El episodio ocurrido ayer en el Congreso Nacional llama a preocupación, porque indica que las disputas políticas pueden salirse de control.
La acción de los agentes policiales, no acostumbrados a lidiar con eventos políticos, pudo desencadenar una crisis de de gran magnitud y que rompiera con la paz social.
El exceso de celo en el cumplimiento de órdenes impide a esos agentes discernir sobre cómo enfrentar el desafío del que eran objeto por parte de legisladores y manifestantes que se instalaban frente al Congreso Nacional.
La confrontación entre facciones del partido oficialista por el tema de la reelección y el enfrentamiento entre una facción del oficialismo con el principal partido de la oposición por el mismo asunto no llevará al país a ningún puerto seguro.
En el pasado señalábamos la preocupación por la violencia discursiva del debate político. Tristemente empezamos a ver resultados negativos.
El país ya tiene suficientes problemas, como para agregarle ahora inestabilidad política.



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