Un país para los desechos

Un país para los desechos

Un país para los desechos

Frederich E. Bergés

Nuestra condición de país con serias limitaciones económicas, empleos de baja calidad, gran informalidad y bajo ingresos, lo hace vulnerable a un consumo de baja calidad. Esta condición puede ser tanto en la ingestión de proteínas o alimentación en sentido general, como en los propios bienes y servicios que se requieren para llevar a cabo una vida normal.

Es así como entraron en el escenario las denominadas pacas, que no son más que grandes empaques (de ahí la abreviación pacas) de ropas usadas y en algunos casos nuevas o casi nuevas, que ingresan a la nación de diversas formas, no necesariamente por las aduanas, ni con la aplicación de los aranceles correspondientes.

Estos fardos de ropas provienen en muchos casos de donaciones por la vía de instituciones religiosas, destinadas a vestir a personas de los más bajos estratos sociales e inclusive destinados al vecino país de Haití.

Una vez ingresadas a RD, pasan por la “industria” del desempaque, limpieza y organización, de donde entran a una cadena de comercialización hasta llegar al adquiriente final. Sin dudas el precio relativamente bajo a que son adquiridas estas ropas las hace atractivas a un gran segmento de la población, quienes pueden lucir prendas hasta de grandes marcas reconocidas, con los bajos ingresos que perciben.

Algo similar sucede con la movilidad donde RD se ha hecho receptor de enormes cantidades de vehículos usados, tanto de carros como de motocicletas, que son desestimadas en los mercados de donde provienen.

Ello así porque en dichos países por razones medioambientales como económicas, los vehículos de uso público tienen que ser retirados luego de cierto tiempo y kilometraje, ya que se les considera más carga económica que beneficio. Y ahí nos hemos convertido en receptores de esos desechos, que por su bajo precio gozan de un mercado enorme.

Viendo estos fenómenos debemos preguntarnos si la vía de convertimos en un país de consumo de desechos es realmente el camino del progreso, o si lo que hacemos es poner parches para esconder nuestra verdadera condición de subdesarrollo.