La esperanza mantiene al hombre, al punto de que por momentos lo coloca sobre un pedestal que ante la realidad parece inalcanzable, pero que con tezón, tenacidad y coraje se puede materializar en un gran por ciento.

Si la mente no se coloca por encima de todo lo demás, se es un perdedor antes de salir al ruedo a librar la batalla.

Pero en el ir y venir, no siempre los proyectos se pueden sostener con el tiempo de la “esperanza y la suerte”, hay que luchar, jamás rendirse, porque en este mundo competitivo solo los “fajadores” salen gananciosos.

Esa es la filosofía que está impregnando el dirigente Ché García a los jugadores de la selección dominicana de básket.
La victoria ante Alemania no la pudo vaticinar nadie, parecía un sueño imposible, aunque sí acariciable.

La derrota ayer ante el poderoso quinteto de Francia, considerado el cuarto mejor equipo del Mundial, era previsible, teniendo en cuenta que no había por qué “matarse” cuando ya se había logrado la clasificación.

La tarea de ahora en adelante es mucho más difícil, porque los rivales tienen un gran nivel, sin embargo, si se trabaja, principalmente en lo sicológico, los posibles reveses dolerán menos.

Lo que sí se demostró es que en muchas circunstancias, no importa lo que sea, “cualquier bejuquito amarra”.