Si bien es cierto que las expectativas de los aficionados dominicanos estaba por las nubes sobre la posible buena actuación de la selección nacional en el Mundial de Baloncesto, nadie imaginaba que iba a salir invicta en los tres enfrentamientos en la primera fase.

El mayor temor de un revés en esa etapa era el equipo italiano, compuesto por jugadores altos y de vasta experiencia.
Sin embargo, ese triunfo elevó por los cielos las aspiraciones de llegar más lejos, situación que demostraron frente a la selección de Angola, que ofreció una resistencia feroz, pero que finalmente cayó 75-87 ante el empuje de los dominicanos.

De ahora en adelante, con Italia también clasificada para la segunda ronda, tras su victoria 90-83 ante Filipinas, la situación se coloca mucho más difícil para seguir avanzando, dado que los oponentes serán de más peligrosidad.
Empero, hay una unidad y compenetración monolítica en el equipo, condiciones que deben seguir siendo incentivos para seguir cosechando triunfos.

No se puede ser conformistas, ese es un error garrafal en el humano, pero siendo sinceros, hay que sentir orgulloso hasta donde hemos llegado , ya que muy pocos proyectaban que se podía concluir invictos en la primera etapa, demostrando todos que se pueden lograr las metas cuando se lucha por un objeto común.

RADARES.- El agotamiento físico y mental debe estar haciendo mella en las Reinas del Caribe, dado que no terminan un campeonato cuando a las 72 horas comienza otro. Estas muchachas no son de acero, por lo que estas competiciones una detrás de otra, deben ser causantes de la merma productiva que han experimentado en los últimos eventos.