Se colaron los “teteos”

Se colaron los “teteos”

Se colaron los “teteos”

Los llamados “teteos” forman parte de la cotidianidad en muchos barrios de las grandes urbes dominicanas con los ya sabidos desórdenes y bullicio que implican.

Los “teteos” también hace mucho que se colaron en la alta sociedad, sólo que esos no molestan porque sus protagonistas son los hijos de un alguien.

Ahora que también llegaron a lugares turísticos se puede hablar de ese fenómeno con una visión global, sin que su abordaje sea aprovechado para estigmatizar o descriminar a jóvenes y adolescente de los barrios.

Queda claro que los desórdenes en cuestión se escenifican por igual tanto en la marginada Calle 42 del Capotillo, como en la Cosmopolita avenida Abraham Lincoln de Piatiani o en las sacrosantas calles de la Ciudad Primada de América.

Por tanto, evidencia que falta vigilancia y prevención por parte de las autoridades o la capacidad de respuesta rápida ante las quejas de los vecinos.

Los llamados “teteos” son fuente de intranquilidad en comunidades e incubadores de violencia social matizada por el uso de alcohol y drogas, con frecuencia de manera desmedida.

En ninguno de esos encuentros se logra la concentración de personas de un momento a otro, sino que se va produciendo de manera paulatina, lo que implica descuido por parte de las autoridades.

Los “teteos” son un fenómeno sociológico, una expresión de segmentos sociales, pero también son una molestia para el ciudadano y las familias.



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