Por un proceso sano

Por un proceso sano

Por un proceso sano

Con la celebración de los Santos Reyes el fin de semana acaban las fiestas, así que de ahora en adelante veremos las manifestaciones de la política partidista y de los candidatos en un muy alto nivel de expresión hasta la mitad del mes que viene y más allá.

Como consecuencia, la realidad dominicana estará en los próximos días teñida de la promoción de quienes aspiran a los puestos electivos, de los esfuerzos por sacar a la luz lo más oscuro del carácter y el pasado del contrario y, en el peor de los casos, la invención dañina propia de las denominadas campañas sucias.

Una prueba de que tenemos enfrente un período matizado por la política la tuvimos en las demostraciones del domingo pasado alrededor de algunos candidatos municipales.

Pero junto con una actividad política que para mediados del mes que viene deberá alcanzar temperaturas de fiebre, nos espera un año con algunos desafíos en el plano económico, como el de mantener la atención sobre los precios internos y tal vez el inicio de discusiones sobre el Código de Trabajo y la siempre postergada reforma fiscal, dos campos “minados” de los que se hablará muy poco por lo menos hasta junio.

Sin embargo las elecciones de hace cuatro años, programadas para el 16 de febrero, debieron ser suspendidas y pospuestas para el día 15 de marzo, las del 17 de mayo para escoger al Presidente y a los legisladores tuvieron lugar el 5 de julio por la declaración de pandemia y el cambio de mando del 16 de agosto se realizó sin la presencia del mandatario saliente.

Como se ve, todo está sujeto a contingencia, así que mientras menos daños nos hagamos, mejor será el talante al final del proceso.