¿Por qué luchar en la coyuntura actual?

¿Por qué luchar en la coyuntura actual?

¿Por qué luchar en la coyuntura actual?

Gabriel Sánchez.

Desde poco más de tres décadas, vengo militando y luchando por una sociedad más justa y equitativa. Al principio, esos inicios los realizamos en el grupo estudiantil FELABEL, que posteriormente dimos continuidad en el Frente Amplio de Lucha Popular (FALPO). En esa época los métodos principales consistían en realizar marchas, micro mítines, huelgas locales y nacionales.

Esos métodos se mantuvieron durante décadas. Mientras luchábamos contra Balaguer; se fortalecía el PRD y el PLD, luego, en 1996 que sube a dirigir el Estado el PLD, combatíamos y desgatábamos a ese gobierno, entonces se fortalece el PRD y así nos pasamos la vida, atajando para que otro enlace.

Desde el 2010, en el cual los falpistas sufrimos una escisión, iniciamos un proceso de variación de la metodología de lucha, dimos inicio en el país a la lucha contra la corrupción e impunidad, cuando solicitamos a la Cámara de Cuentas una auditoria a la Alcaldía de Navarrete, para ese entonces dirigida por Amantina Gómez. Siguiendo con la nueva táctica, sometimos a la justicia al ex alcalde de San Cristóbal Raúl Montesí, a quien logramos se condenara.

A partir de esa fecha a la actualidad, hemos pasado por ese proceso de lucha desde las cadenas humanas hasta las marchas de principio del 2017. No hay una sola lucha que se desarrolle en el país en la cual no hayamos participado con vehemencia y firmeza militante: contra la cementera en Los Haitises; por el 4% para la educación, las grandes movilizaciones contra la corrupción e impunidad, en fin, en cualquier proceso para exigir derechos en República Dominicana ahí hemos estado nosotros.

Los revolucionarios no debemos tener una táctica preferida, sino una que contribuya a lograr de forma más eficiente y rápida el objetivo estratégico que nos hayamos trazado. Por eso surge la gran pregunta de por qué luchar en la coyuntura actual.

En todos estos años de duras batallas, hemos aprendido y ahora nos toca desaprender y volver a aprender. Si no logramos implementar una reingeniería e incorporar a nuestro trabajo y programas los anhelos de una ciudadanía que muestra cambios significativos y cuya población más joven, el 65% de los votantes, no cree ni tiene conexión con los partidos tradicionales, ni de derecha ni de izquierda, estaremos condenados irremediablemente al fracaso.

A los grupos sociales, populares y políticos progresistas del país es necesario inyectarle el vigor fresco, atrevido y renovado de la juventud, o sea, solo la sangre nueva comprometida podrá avalar la permanencia en el futuro.

Necesitamos revitalizar y feminizar todas las organizaciones avanzadas de nuestra patria, como única forma de lograr ese gran salto que va a garantizar la continuidad histórica y exitosa de los pensamientos y acciones políticas que sustentamos y que creemos son los que garantizaran un país más humano y equitativo.

Entonces, hoy debemos luchar privilegiando los métodos cívicos, democráticos, en pequeños números o en masas, las tres causales junto a la lucha por que los corruptos del pasado gobierno sean sometidos a la justicia y se le quite lo robado es la acción correcta del momento. Sin olvidar los clásicos problemas locales por reivindicaciones.

Hoy la lucha debe ser por más y mejor democracia, contra la corrupción y la impunidad, por el derecho a la vida y por la defensa innegociable de nuestros recursos naturales, como única forma de legar a las futuras generaciones un país vivible.

La lucha por el medio ambiente y en defensa de agua como derecho humano es un eje trasversal de la agenda de lucha actual, sobre todo en momentos en que tenemos un gobierno que promueve la alianza publico privada, asumiendo esto como único elemento de solución a los diversos problemas sociales.

El gobierno actual, con tinte de servil a los intereses de EEUU, debe ser uno de transición, que dé lugar a uno que garantice un Estado Social y que éste a su vez cree las bases para un cambio verdadero. No podemos ser victimarios de un gobierno que nace fruto de la esperanza de cambio por parte del pueblo, debemos ser sus herederos.