Los Cabos se convierte en un búnker para acoger a los líderes del mundo en la G20

Los Cabos se convierte en un búnker para acoger a los líderes del mundo en la G20

<SPAN lang=ES-MODERN><P>Los Cabos se convierte en un búnker para acoger a los líderes del mundo en la G20</P></SPAN>

LOS CABOS.- Miles de policías y militares mexicanos han convertido al habitualmente tranquilo balneario mexicano de Los Cabos en una fortaleza inexpugnable en la que nadie se puede acercar en kilómetros a la redonda a la zona que alojará la cumbre del G20 sin pasar múltiples controles.

La presencia de los uniformados se hizo ostensible ya durante el fin de semana precedente a la reunión, que tendrá lugar lunes y martes.

Desde helicópteros sobrevolando el área, retenes policiales o blindados con metralletas artilladas patrullando el área a barcos de la Armada recorriendo la costa y militares con uniforme de camuflaje para el desierto en puntos estratégicos.

 La Policía Federal desplazó al lugar 2.800 agentes y tres helicópteros Blackhawk con equipos de navegación nocturna.

Además, 150 cámaras vigilan cada movimiento en la zona y aviones no tripulados se encargan de vigilar desde el aire los movimientos de las comitivas de los mandatarios.

 A esto se suman 750 agentes de las policías estatal y municipal y una cantidad de militares del ejército de tierra y de la Armada que no se dio a conocer.

En los días previos, los retenes policiales ocasionaron más de un atasco en este municipio de 150.000 habitantes con 12.000 camas de hotel, un destino muy apreciado sobre todo por turistas estadounidenses, aunque la temporada alta es a partir de noviembre.

A pesar de las apabullantes medidas de seguridad, los vecinos no se quejan y comprenden la necesidad de vigilar un evento tan importante.

«Vienen a resguardar, que esté más seguro el G20», dice Julio Fonseca, que ofrece a los bañistas en una popular playa de Los Cabos paseos en lancha, en moto acuática o en canoas. Explica que el lunes y el martes la seguridad se intensifica y no estará permitida, por ejemplo, la navegación a motor.

«No hay problema, porque yo también trabajo las tablas (de surf) y los cayacs así que no me afecta», asegura.

La carretera de 32 km que une las dos poblaciones que conforman Los Cabos, San José del Cabo y Cabo de San Lucas, y en la que se encuentran el Centro de Convenciones que alojará la cumbre del G20 y los hoteles que alojan a los jefes de Estado y de gobierno participantes, estará cerrada esos días.

Moisés Moya ha tardado los últimos días el doble de tiempo para llegar a la empresa de construcción en la que trabaja, situada entre los dos pueblos, debido a que su trayecto de unos 15 km se encontraba hasta cinco retenes y tendrá que buscar esos dos días rutas alternas.

«Está complicado para llegar porque hay muchos retenes, mucha seguridad y todo eso hace que se complique el traslado», indica.

La Policía Federal redujo al máximo los espacios en los que los antineoliberales opuestos al G20 pueden manifestarse y están en zonas muy alejadas del lugar del evento, por lo que la Coalición Mexicana frente al G20 decidió llevar a cabo su Cumbre de los Pueblos del pasado sábado al martes en La Paz, a 180 km de distancia de Los Cabos.



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