Las familias, soporte de los nuevos oficiales

Las familias, soporte de los nuevos oficiales

Las familias, soporte de los nuevos oficiales

Santo Domingo.La mesa de honor, con toda la pompa militar, suele opacar las muchas historias que hay tras bastidores en cada graduación de un grupo de oficiales.

El Presidente de la República, los altos mandos militares y los invitados especiales se llevan las luces de las cámaras, pero la mayor de las alegrías la cargan consigo las familias de los graduandos, en cuyos hombres recaen las esperanzas de muchas de ellas de tener a un miembro destacado, que haga carrera y que los llene de orgullo.

Los nuevos oficiales, vestidos con el rigor militar, son el centro de la atención en las graduaciones de la Academia Militar “Batalla de las Carreras”, y la del viernes pasado no fue la excepción.

Allí estaba el presidente Danilo Medina, la plana mayor de las Fuerzas Armadas, y decenas de madres y padres llenos de alegría al ver cuando a sus hijos les imponían las insignias que los certifica como “segundos tenientes con licenciatura en ciencias militares del Ejército de la República Dominicana”.

Desde tempranas horas de la mañana, como es de costumbre para estas ocasiones y actos oficiales, los cadetes formaron filas para recibir a las diez de la mañana al Jefe del Estado, Danilo Medina, y otros altos mandos de los cuerpos castrenses.

Los nuevos oficiales corresponden a la quincuagésima tercera (LIII) promoción de cadetes María Trinidad Sánchez.

Previamente a la ceremonia para la entrega de los sables y certificados se desarrolló el traspaso de mandos del Batallón de Cadetes, con la marcha de entrada de la Promoción María Trinidad Sánchez.

Los distinguidos

El graduando de honor fue el cadete David Antonio Sandoval Paniagua, del Ejército de El Salvador, además obtuvo el mérito en Aplicación y Concepto del Deber, mientras Kiribati Claudia Bautista fue el graduando distinguido; Francis Oneyris Pérez López, Espíritu Militar, y Manuel Gabriel Pérez Feliz, por su Buena Conducta.

No bien ha terminado el acto de graduación, y cuando el rigor militar lo permite, los nuevos oficiales se muestran sonrientes y orgullosos a sus familiares, con los que se confunden en abrazos.