La independencia nacional: narración de historiadores (2)

La independencia nacional: narración de historiadores (2)

La independencia nacional: narración de historiadores (2)

Miguel Febles

Los historiadores son fascinantes. Si todos tuviéramos la suerte de que al final de la infancia lleven a casa una caja de libros con títulos como María, de Jorge Isaacs; Pepita Jiménez, de Juan Valera; Cien años de Soledad, de Gabriel García Márquez; El Quijote de la Mancha, de Cervantes; Historia de la Revolución de Haití, de José Luciano Franco, y Compendio de la Historia de Santo Domingo, de José Gabriel García, como le sucedió a El escribidor, transitar de la literatura a la historia sería un paso en automático.

Es una experiencia cercana a la de leer una novela. Especialmente si los autores son apasionados y dejan de relatar lo que pasó para comentar lo que debió haber sido.
A ver.

Los dominicanos de hoy, un pueblo masificado, urbano en términos mayoritarios, comunicado y conectado, somos herederos de dominicanos pretéritos, pero este pasado no es un bloque uniforme, sino una secuencia segmentada períodos… Está hecho de muchos momentos diferentes, ligados por una cuerda unificadora.

Uno de estos episodios de los que se lamentan historiadores, es el de las devastaciones iniciadas en 1606.

En ellas está el origen de la colonia francesa de Saint Domingue, que con el tiempo se convirtió en el país de los haitianos, en el que estos constituyeron una nación y esta nación un Estado, todo ello en una parte de la isla que debió de haber sido herencia del pueblo dominicano. Pero este es un enfoque emocional, como en Pepita Jiménez, o en María.
El pasado no tiene remedio.

Al oeste de Punta Tiburón, está Jamaica, colonia española hasta 1655. Al oeste de Cabo Haitiano está Cuba, colonia de España hasta 1898 y al este de Punta Cana está Puerto Rico, que también fue hasta 1898 colonia de España.

Puerto Rico es hoy territorio de Estados Unidos de América mediante una fórmula política que guarda las maneras; Cuba tiene un quiste en Bahía de Guantánamo y tuvo la Enmienda Platt de su declaración de independencia. Santo Domingo estuvo a punto de ser una posesión inglesa en el siglo xvii y formalmente lo fue de Francia de un extremo a otro; faltó poco para que el país de los dominicanos fuera anexado a Estados Unidos y de haber tenido la isla entera para el país lo hipotético le permite a cualquiera imaginar que, igual que Cuba y Puerto Rico, hubiera sido colonia hasta 1898, cuando España perdió a Cuba, Puerto Rico, Filipinas y Guam en la guerra hispanoamericana. ¿Y a partir de entonces qué?

Haití es visto como un competidor por el espacio vital, pero también puede ser visto como un catalizador en la formación de la dominicanidad, especialmente si aceptamos que la anexión de 1822 propició en firme pasos concretos en el proceso de identificación nacional, que hasta entonces había resultado poco menos que imposible.



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