El deporte ha sido clave, fundamental, en la mejoría de relaciones entre países en confrontaciones de gran magnitud, que por años han parecido insalvables.

El hecho que más llama la atención a los latinoamericanos fue el bloqueo económico, comercial y financiero establecido por Estados Unidos sobre Cuba en octubre de 1960, días después de que el comandante Fidel Castro expropió propiedades de compañías estadounidenses.

Dos años después, en 1962, las medidas se endurecieron, pero no tuvieron el efecto deseado, al punto de que en 1992 siguieron apretando el cerco y en 1996 aprobaron la ley Helms-Burton, así como otras medidas para asfixiar más la economía de la isla.

La guerra no declarada y subrepticia se ha mantenido, a pesar de que restablecieron relaciones en el pasado gobierno de Obama.

Desde el aspecto político y económico se han producido avances significativos.

Sin embargo, todo indica que a la larga serán los deportes, en especial el béisbol, los que tendrán un peso específico en la mejoría de unas relaciones tirantes al máximo, más ahora con Donald Trump a la cabeza del Ejecutivo.

Desde hace un tiempo se ha producido un acercamiento de las Grandes Ligas con el béisbol cubano, que podría ser el cordón umbilical para una mejoría sustancial.

El último paso fue ayer, con un acuerdo con la Liga Internacional Pequeña de Béisbol, que permitirá la participación de Cuba en sus torneos en Estados Unidos.

Podría pensarse que es poco significativo, pero hay que recordar la llamada política del ping pong que, en abril de 1971, allanó el camino para el encuentro entre el presidente Richard Nixon con el líder Mao Tse Tung, el cual rompió un aislamiento de décadas entre ambas naciones.

Hay que recordar que en ese equipo estadounidense viajó el dominicano Errol Resek.

¿Podría comenzar a jugar hoy el béisbol un papel similar o parecido al del ping pong, entre los Estados Unidos y Cuba?

Es probable que no se produzca en esta administración, pero no hay duda de que tarde o temprano, la pelota tendrá incidencia en el restablecimiento de las relaciones en términos más amplios. Creo que es cuestión de tiempo.

RADARES.- Los amantes del taekwondo en el país tienen hoy la oportunidad de ver a los mejores exponentes de América Latina.