En tiempos de antihéroes y villanos

En tiempos de antihéroes y villanos

En tiempos de antihéroes y villanos

Alex Ferreras

Uno de los mayores errores de un escritor de ficción creativa es mentir; por lo que no debe idealizar la realidad, mucho menos sublimizarla, y más cuando el mundo allá afuera es para lobos que imponen su ley, apuntalados en caricaturas, más que en instituciones, a las que tienen secuestradas.

Queda demostrado que en esta lucha sorda por la existencia, son los villanos, no los héroes, contrario a como sucede en los textos narrativos, los que llevan la delantera.

Raymundo Cuevas Sena, mi mentor y tío querido, participó en la fallida “Conjura de los sargentos” contra Trujillo en el cincuentinueve; cuatro años más tarde, esto es, en 1963, se alzó en las lomas de Bahoruco, en Barahona, en apoyo a Tavárez Justo en Las Manaclas.

Mucho lamento haber conocido una vez en el desaparecido campus I de la Unphu a uno de los actuales jueces de una Honorable Alta Corte. Fuimos colegas profesores.

En aquel entonces, con la miel en los labios, compartimos sueños juntos. Un pariente suyo había muerto mártir de un ideal en una época de triste recordación.

El legado de un compromiso familiar que pesa sobre mis hombros hasta la muerte, ¿cómo es que ahora se han destapado sofistas de nuevo cuño que afirman no tiene sentido, en una época en que una ‘filosofía de la delincuencia’, parece dictar el rumbo a las conciencias, desde la cumbre en que se encuentra?

Vivimos los tiempos en que no existen normas de conducta decente que se impongan. No hay ese día en que este sistema no se invente un nuevo y peor atropello que el anterior.

La idea es crear un ambiente en que todos se rindan y la maldad triunfe por completo.

Aunque se derrumbe el mundo a nuestros pies; aunque el aroma que se respira actualmente en la sociedad dominicana y en cualquier otro rincón del planeta sea el más fétido y nauseabundo que se conozca en la historia, los valores y los principios, es decir, el espíritu, nunca dejarán de estar por encima de todo.

“Cielo y tierra pasarán”, dice el Maestro galileo, “mas mis palabras no pasarán”.

Siempre ha sido así, lo es y lo seguirá siendo, no importa el desbarajuste ético y moral que esta vez nos muerde hasta el alma.



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