Por Abed-nego Paulino
Santo Domingo.- Lugares que concentraban cantidades importantes de personas hoy día han sido afectados por la pandemia del Covid-19, por lo que han tenido que cerrar sus puertas para evitar las aglomeraciones y unirse a la consigna “yo me quedo en casa”.
Las iglesias no son la excepción, al cumplirse este domingo 17 días del llamado a emergencia nacional por parte del Gobierno, la comunidad de fe ha decidido cerrar las puertas de los templos y capillas al unísono, suspendiendo los acostumbrados servicios y llamando a los feligreses a orar desde sus hogares y compartir en familia.
Las hostias que acompañan las misas de los católicos, los panfletos que suelen dar evangélicos y Testigos de Jehová en las calles y plazas, las prédicas a través de megáfonos por parte de los pentecostales, las visitas de galanes en blanco y negro de miembros Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (Mormones) y la evangelización casa por casa de los Adventistas del Séptimo Día, ¡todo se ha paralizado!
Pero, ¿podrá un gallo dejar de cantar? ¿Olvidará un pez nadar o se cansará un político de recordarle al pueblo las ayudas sociales que ha hecho? – ¡De ninguna manera! Así tampoco las iglesias han dejado de pregonar su mensaje.
Las liturgias que tienen hasta miles de años siguen sus acostumbrados cursos, aunque con algunas ediciones: leer la Biblia, orar, cantar himnos y predicar, actos comunes en los templos, hoy pasan a demandar desde las casas.
A través de la televisión, la radio y plataformas digitales las iglesias se mantienen conectadas sin aparente daño por la distancia o cuarentena.
En ese sentido, el pasado 8 de marzo fue conocimiento público el decreto del Papa Francisco, donde estableció que las misas que celebraba de forma privada en la residencia de Casa Santa Marta sean transmitidas en vivo, ya que ningún fiel podía asistir para evitar el avance del contagio del Covid-19.
Alternativas
La aplicación Zoom es la herramienta principal que están usando las comunidades religiosas para reunir sus fieles, mientras que otras, según manifestaron, lo hacen a través de grupos de Whatsapp, en tanto que para predicar se valen del Facebook Live, Youtube, Intagramam y demás aplicaciones.
Mauro Vargas, obispo del concilio Iglesias de Dios en la República Dominicana, dijo a EL DÍA que en seguida el Poder Ejecutivo dispuso el llamado a emergencia nacional, la organización religiosa convocó a los pastores, a través de un comunicado, para acogerse a la medida, siendo cumplida hasta el día de hoy.
Vargas precisa que a través de una página web y las aplicaciones señaladas, las iglesias mantienen sus servicios. “Los templos están cerrados, la iglesia está abierta”, indicó el líder religioso, haciendo alusión de que la iglesia no es el lugar sino la gente.
Sin embargo, la brecha digital y lentitud del internet dificulta a otras capillas llevar a cabo las reuniones. Líderes religiosos dijeron a este medio que han tratado de reunir los feligreses por medio de la Zoom, pero por las explicitas razones no han podido. Les exhortan orar desde casa.
Gracias a la pandemia
El paso del Covid-19 no solo ha propagado contagios nocivos, también ha puesto a la familia a mirarse de frente y comer en la mesa, ha elevado el valor de la caridad y disminuido el ego, ha provocado que la gente haga una profilaxis de lo que es necesidad y antojo…o sea, ha dado un giro a lo humano.
