Construyamos capital social

Construyamos capital social

Construyamos capital social

J. Osiris Mota

En mi artículo anterior, exhorté a asumir el compromiso por una mejor sociedad, y quiero retomar el tema, porque no avanzaremos, sin importar cuántas riquezas construyamos, si no contamos con hombres y mujeres mejores, con valores, integridad y compromiso, que puedan dirigir adecuadamente nuestras instituciones.

El capital social de un país se refiere a las redes de relaciones, normas y confianza que existen entre los individuos y las instituciones de una sociedad. Es un componente clave para el desarrollo de un país debido a su influencia en varios aspectos fundamentales.

Esta es una realidad que no deben ignorar nuestros políticos y líderes empresariales, especialmente estos últimos, ya que necesitan contar con personas que no solo tengan los talentos necesarios para impulsar cambios, sino también con un sólido capital social para mantener el desarrollo de sus proyectos.

Es crucial ser conscientes de la urgencia de cambiar la tendencia de nuestra conducta ciudadana, donde una gran parte de la población no se comporta con la decencia e integridad necesarias para una sociedad inclusiva, moderna y colaborativa. Se deteriora la paz cuando buscamos obtener beneficios engañando y defraudando a las personas de nuestro entorno.

Nuestros políticos deben reevaluar sus prioridades. Solo lograremos el país que deseamos si tenemos la suficiente inteligencia para unificar los intereses comunes, impulsando así el desarrollo de manera más eficiente, en menos tiempo y con menos recursos, lo que se traducirá en beneficios para todos. Dejemos las diferencias para otras batallas después de resolver lo esencial. ¿No buscan todos el bien común? ¿No es su propósito beneficiar a sus votantes? Entonces, ¿por qué no actuar en consecuencia?

De lo que estoy seguro es de que las malas conductas, como resultado de una falta de formación y comportamiento, están consumiendo la poca y desequilibrada paz que aún nos queda. Nos estamos convirtiendo en una selva donde no respetamos a nadie cuando se trata de obtener alguna ventaja o beneficio, ya sea algo tan simple como respetar una fila o tan complejo como firmar un contrato sin ocultar situaciones.

En resumen, el capital social es esencial para el desarrollo y funcionamiento de una sociedad. Promueve la cohesión social, facilita la colaboración y la resiliencia, fortalece la democracia y contribuye al bienestar económico.

Por lo tanto, es fundamental que los países fomenten y fortalezcan su capital social mediante políticas y prácticas que fomenten la confianza, la participación ciudadana y la construcción de relaciones sociales sólidas. Queridos líderes políticos, empresarios y responsables del país, ¿qué es lo que no entienden acerca de esto?