La República Dominicana, poco a poco, va aumentando su presencia en las estadísticas negras. O sea, las que marcan un descenso impresionante y que llama a la reflexión en la escala de valoración que debe tener una nación en vías de desarrollo.

Dentro de las estadísticas negras está la calificación que tenemos en la ocurrencia de accidentes de tránsito, la mala calificación en el aprendizaje de los estudiantes dominicanos, y recientemente en la seguridad aduanal, con el reporte de un tercer asalto a los almacenes de Aduanas del Aeropuerto Internacional de las Américas.

En el robo perpetrado los delincuentes sustrajeron cajas de whisky, cigarros de reconocidas marcas, cosméticos, licores y otros artículos por un valor millonario.

De acuerdo a la Procuraduría Especializada de Crímenes y Delitos contra la Salud, el tráfico de estas mercancías, en solo seis meses, mueve un volumen de 260 millones de pesos en los casos detectados. O sea 43 millones de pesos al mes. Y si lo calculamos de manera diaria, representa un negocio de un millón cuatrocientos cuarenta mil pesos.

Ante las penas que se imponen, y la vulnerabilidad de la seguridad en un lugar donde ya son frecuentes los asaltos, ¿qué se puede esperar de la Justicia dominicana?

En ese sector, lo decimos una vez más, hay que tomar medidas ejemplarizadoras, de lo contrario seguiremos en la lista negra de las naciones que día a día pierden la credibilidad de manera impresionante.