L a familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad, en que se trabaja para formar hombres y mujeres con desarrollo individual, con valores morales y espirituales que son la base para vivir en comunidad y relacionarnos con los demás con el objetivo de lograr una convivencia armoniosa basada en la honradez, el respeto, la comunicación, el apoyo, la confianza y el amor.

Una familia adecuada la pueden lograr los padres y tutores, criando hijos en hogares seguros y afectuosos, brindando amor y comprensión, permaneciendo en atención constante, enseñando a los hijos a encarar las situaciones afrontando las dificultades con valentía, educando con el ejemplo.

Las cabezas de familia deben saber que existe una programación en los hijos que se basa en su infancia y adolescencia, o sea, los padres en estas etapas programan a sus hijos sin darse cuenta y el hijo reaccionará luego de acuerdo a esta programación.

Por lo que es muy importante revisar y concientizar acerca de las críticas y calificaciones que se les hace a los niños y adolescentes, estar muy atentos a no ridiculizarlos ni descalificarlos, no burlarse de ellos ni compararlos.

Para lograr tener y mantener una familia que podamos insertar luego a la sociedad, es importante permitir apoyar a los hijos en sus intentos, permitirles ser espontáneos siempre dentro del marco del respeto, utilizar palabras motivadoras, acompañarlos en sus proyectos, educarlos en valores y responsabilidad e iniciarlos en el camino del amor y la solidaridad.