La 40, de cárcel tenebrosa a centro de culto

La 40, de cárcel tenebrosa a centro de culto

La 40, de cárcel tenebrosa a centro de culto

Santo Domingo.-La que ayer fuera una cárcel donde se cometían los más horrendos crímenes y vejámenes contra los que se oponían al régimen trujillista, es hoy el centro parroquial San Pablo Apóstol; allí se congrega gran parte de la feligresía de Cristo Rey.

Ubicado en la avenida Los Mártires esquina Juan Alejandro Ibarra, este lugar fue sede de la cárcel La 40, posteriormente convertida en iglesia por el Gobierno de Joaquín Balaguer.

La idea de convertir el centro de torturas en un templo para alabar el nombre de Dios provino del padre Eulalio Antonio Arias, quien según cuentan los residentes más antiguos del lugar, había sido torturado en esta cárcel junto a algunos de los miembros del entonces Movimiento Clandestino 14 de Junio, presidido por Manuel Aurelio Tavares Justo (Manolo).

Cada 21 de enero en la parroquia es celebrada una misa de recordación a los caídos, pues justo en esta fecha la iglesia católica dominicana publicó la primera carta pastoral, donde manifestaba su posición frente a la dictadura, la misiva fue publicada en 1960. 

En palabras del diacono, Blasimino Mena, quien ha vivido en el sector por casi 5 décadas, este templo fue el mejor proyecto que se pudo edificar en la zona, pues ha contribuido a que los moradores se acerquen al camino de la fe y se alejen de los males que por años han caracterizado al sector capitalino.

“Hay quienes son partidarios de que en el lugar debió construirse un museo para recordar a los mártires, pero yo soy contrario a esa postura. Qué mejor proyecto que nuestra parroquia y la Escuela San Pablo”, manifiesta Mena.

En opinión de Nelson Madera, profesor de la Escuela San Pablo, ya en el país hay varios lugares que recuerdan la dictadura y a quienes lucharon contra ella, por lo que considera que tanto el centro educativo como el templo aportan más que una casa museográfica.

Según explica Madera la escuela tiene una matrícula de 3,000 estudiantes distribuidos en ambas tandas, en la mañana están los del nivel medio y en la tarde lo de básica.

Problemáticas sociales

Para algunos La 40 es uno de los barrios con mayor índice delincuencial de la capital, para otros, este es un sector tranquilo y de gente solidaria.

El sacerdote Manuel Bondelle, párroco de San Pablo Apóstol, considera que esta es la barriada más peligrosa de toda la capital. Según explica en los días que llegó al sector fue atracado por delincuentes que aunque sabían que él es cura no dudaron para despojarle de lo poco que llevaba encima.

“Es lamentable que existan tales niveles delincuenciales en esta zona; donde ni  siquiera a un cura respetan. Pienso que el Gobierno debe prestar mayor atención a este tipo de cosa, pues no creo que la solución sea llenar las calles de militares. Hay que atacar el problema desde la raíz y ver que los jóvenes no tienen empleos hoy día”, enfatiza el párroco.

A pesar de su vocación religiosa, Bondelle considera que los milagros no caen del cielo. Afirma ser partidario de que en las escuelas se ofrezca una educación liberadora, donde se analice la realidad para transfórmala, no para dejarla tal cualestá.

Zoyla González, nacida y criada en Cristo Rey, explica que la gente exagera al referirse a la barriada y tienden a agrandar las problemáticas. “Pienso que nuestros problemas son los mismos que afectan a otros barrios de Santo Domingo”.

Para el dirigente comunitario Gabriel Antonio Luna, uno de los principales problemas que confronta es la falta de energía eléctrica. Cuenta que hay ocasiones en que el servicio se ausenta en horas de la mañana y vuelve al caer la tarde, situación que impide que muchos trabajadores puedan terminar sus labores a tiempo.

Un tributo a los caídos

Como una forma de recordar el sacrificio de quienes perecieron a manos de la más sanguinaria dictadura que haya conocido la República, fue construido un pequeño obelisco frente a la parroquia.

El pilar de metal que señala al cielo, yace en la parte frontal de la iglesia, con una inscripción en metal que reza: “Homenaje que el pueblo dominicano tributa a los héroes y mártires de la cárcel de tortura La 40, Rancho Jackeline que funcionó en este lugar durante la tiranía del dictador Trujillo”.



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