El fantasma de la guerra

El fantasma de la guerra

El fantasma  de la guerra

Es normal que haya conflictos entre naciones, por razones más o menos valederas, siempre que las consecuencias de esas diferencias no perjudiquen a otros países ajenos al conflicto.

Las grandes potencias y los países que, sin alcanzar aquel título tan amedrentador son también lo suficientemente inclinados al enfrentamiento bélico, parecen jugar a policías y bandidos en este gran patio que es el mundo.

Y no les importa un comino que los demás pueblos del planeta paguen o no los platos rotos por ellos.

Cada día se produce alguna acción de peligrosas consecuencias en algún lugar del mapa, pero siempre se ve la mano de alguna superpotencia defendiendo sus intereses de toda índole.

El fantasma de la guerra está acercándose cada vez más, y no nos damos cuenta. A los líderes mundiales parece no importarles lo que puede pasar más allá de las zonas de peligro, ni tampoco les importa acabar con la paz, donde la hay.

La Historia dirá al final quién tuvo la culpa, si es que queda alguien vivo para contarlo.



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