El caos del tránsito urbano

El caos del tránsito urbano

El caos del tránsito urbano

Hace poco se hizo una encuesta a 4 mil 521 empleados del sector público. De esa población hay un 59 por ciento que utiliza vehículo propio para llegar a sus respectivos puestos de trabajo, un 5 por ciento se desplaza en vehículo colectivo y concho.

Llama la atención que un 8 por ciento recibe apoyo de transporte.

Un 5 por ciento hace una parte del trayecto en Metro y la otra parte, para llegar a su trabajo, usa carro de concho, mientras un 9 por ciento llega a su trabajo directamente en carro de concho.

Se trata de informaciones valiosas, que salieron a relucir en un seminario internacional titulado “Hacia una Solución integral del congestionamiento vial articulando los actores claves”.

Allí, naturalmente, estaban los empresarios del trasporte, así como legisladores y expertos en materia de tránsito.

Los números son fríos y retratan una realidad que apunta sensiblemente al caos que reina en las calles de Santo Domingo y otras ciudades importantes del país.

Refleja que ante la política fallida del transporte público, hay un 59 por ciento de la población encuestada que usa transporte propio.

¿Qué significa eso? Que hay otro porcentaje de la población que tiene, necesariamente, que someterse a las vicisitudes de un transporte caótico, en vehículos en malas condiciones y sujeto a llegar tarde a la escuela, la universidad y su centro de trabajo, debido al congestionamiento que se produce en las calles.

Los números hablan en la encuesta de marras. Resulta evidente que los encuestados no usan servicio de taxi. El transporte de los empleados públicos se fundamenta en vehículos privados y transporte público, llamado “concho”.

Eso quiere decir que el Gobierno, a través de las empresas oficiales debe hacer inversiones oportunas a corto y mediano plazo para elevar la calidad en el transporte público. De lo contrario el caos vial irá, inevitablemente, incrementándose.



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