El agresor no nace, se hace

El agresor no nace, se hace

El agresor no nace, se hace

Resulta aterrador observar que la República Dominicana ocupa la atención de medios internacionales, como el prestigioso periódico digital BBC Mundo, de Londres, por las formas y la cantidad en las que se producen crímenes y agresiones contra las mujeres en el país.

La publicación de BBC Mundo, motivada por el asesinato de la adolescente Émely Peguero en agosto pasado, indica que tenemos un promedio de 200 feminicidios al año.

Registra la ocurrencia de 153 asesinatos de mujeres hasta agosto pasado. Sabemos que después de esa fecha han ocurrido por lo menos siete casos más.

El pie explicativo que acompaña una de las fotos de la publicación es lacerante y desgarrador: “República Dominicana es el país de América Latina y el Caribe donde las mujeres se casan o se unen más temprano.

El 37 % de ellas lo hace antes de cumplir los 18 años y el 12 % antes de los 15”.

Los datos, señala, fueron obtenidos de la más reciente Encuesta Demográfica y de Salud (Endesa), el Fondo de las Naciones Unidas para la Población (UNFPA) y la Procuraduría General de la República. Nada, por atroz que resulte, ha sido inventado.

Esos estudios revelan que el 77 % de los adolescentes justifica la violencia “cuando la mujer saca de quicio al hombre”.

Y esto es grave, muy grave, porque habla de una reafirmación de patrones conductuales, culturales y enraizados que no parecen haber encontrado muro de contención en una sociedad del siglo XXI, que se precia de innovadora, moderna, actualizada.

Vivimos en la era de la globalización, aquella que en el plano de las comunicaciones y las tecnologías fue llamada en la década de los 60 por el filósofo canadiense Marshall McLuhan como la “aldea global”. Hoy se le ve como “el profeta de la era digital”.

En esta “aldea global”, pocas cosas quedan ocultas. Lo que se dice “en Pekín” se sabe de inmediato en “Jumunucú”. Ya nada es lejos, ni desconocido, si lo queremos saber.

Las mexicanas Marina Castañeda y Eva Lobatón, psicoterapeuta y caricaturista, respectivamente, han producido “El Machismo Ilustrado”, y “El Machismo Invisible”, entre otros libros, en los que citan formas, casi todas conocidas por los latinoamericanos, de “cómo se fabrica un machito”. Un excelente material de estudio.

Sepamos que el problema es de todos, sin buscar culpables favoritos. Que tiene profundas raíces y que ya está bueno de seguir permitiendo tanto daño moral, emocional, familiar, económico y social.

El agresor no nace. Se hace.



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