Wally escandalizado se obra en los dominicanos por nuestra notoria corrupción e impunidad en negocios públicos y privados. Pero pongámoslo en contexto.

Gallup reveló recientemente que 75% de los gringos perciben extensa (“widespread”) corrupción gubernamental en Estados Unidos; en 2009 sólo un 66% creía eso. ¿La administración Obama que representa Wally es responsable por los enormes nueve puntos porcentuales de empeoramiento de la corrupción percibida?

En Washington todo es grandote, pues en una economía de US$16,000 billones los sobornos políticos no son por cheles.

Tres mil lobistas (oficio preferido de muchos ex embajadores) defienden los intereses del sector financiero, “legalizando” inmoralidades como el rescate bancario de 2008, cuyo multi-billonario costo todavía pagan los contribuyentes. Similarmente ocurre con los gastos militares, cuyo total es mayor que la suma de las doce naciones inmediatamente detrás de Estados Unidos en el ranking de potencias bélicas.

Cualquiera creería que hay más corrupción en Washington –donde a financistas políticos los premian con embajadas— que en Santo Domingo. ¡Pena que José Tomás no hable inglés para discursear allá!