Jorge Bergoglio es el nombre civil y latino del papa Francisco, con nacionalidad argentina.

Son dos condiciones para que mantenga de manera constante, desde la Ciudad del Vaticano, su atención centrada en Latinoamérica y ore, siempre, por un mejor futuro para la región.

Su condición de Papa no impide que ponga el dedo sobre la llaga y enumere, con apego a la realidad, los dos males que nos consumen y desencaminan hacia un mejor futuro para Latinoamérica: corrupción y droga.

Esas preocupaciones están contenidas en un libro titulado “Latinoamérica”, que se apoya en conversaciones sostenidas, a través del tiempo, con el periodista argentino Hernán Reyes Alcaide, corresponsal en Roma y el Vaticano desde 2015.

A él le planteó su preocupación por el flagelo de la corrupción y las imbatibles rutas de la droga, que parten hacia el mundo desde distintos países de la región.

En muchas de las páginas del libro “Latinoamérica” también podemos ver retratados algunos capítulos de nuestro convulso presente.

Es hora de reflexionar, a la par de las advertencias que hace el papa Francisco. Y que estas reflexiones nos lleven a tomar fuertes medidas que nos aparten cada día más de estas dos fuertes palabras: corrupción y droga.