Ciudadano de segunda

Ciudadano de segunda

Ciudadano de segunda

Hace unos años leí en una revista local un artículo dedicado a dominicanos destacados en el extranjero, el contenido presentaba una serie de entrevistas relativas a sus experiencias, visión, perspectivas de desarrollo y estilos de vida allende los mares. Recuerdo que uno de los entrevistados manifestó que una de las cosas que más disfrutaba del citado primer mundo era poder ser un peatón sin sentirse un ciudadano de segunda.

Tremenda ha sido la herencia recibida del Dr. Joaquín Balaguer, cuan caro le sigue costando a nuestra Patria su desatino, puesto que antes que crear las condiciones y estructuras necesarias para la consolidación de un Estado Dominicano con la fortaleza requerida para facilitar de forma eficiente los servicios básicos, la educación y fondos de desarrollo para los ciudadanos de esta tierra, prefirió pasar al Sector Privado esta responsabilidad, creando a partir de ahí la cultura de que «si usted se precia de ser un padre de familia responsable, debe proveer a los suyos de todo lo que necesitan, independientemente de las limitaciones del Estado».

Esto logró colocarse de manera tan fuerte en el ADN de los dominicanos que nos convertimos en un pueblo que calla y paga, al que estafan y calla, que ve derrochar el dinero de sus impuestos y calla, que compra una planta eléctrica o inversor y calla, que paga de forma excesiva un colegio privado y calla, que paga la seguridad, el seguro médico, los clubes deportivos de forma privada y calla…una sociedad de silentes sumisos, de blandengues dormidos, de anestesiados donde cada quien anda resolviendo lo suyo y calla.

Mi triste opinión es que en la República Dominicana de hoy, todos nos hemos convertido en callados ciudadanos de segunda… la pregunta del millón es: ¿Hasta cuándo?.



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