No cabe duda que nosotros los seres humanos somos lo que comemos o ingerimos. Está demostrado que de acuerdo a la cantidad de bebidas ácidas que consuma una persona, así será el estado de sus dientes a largo plazo. Aquellos que toman líquidos muy cítricos son los que tienen los dientes más dañados.

Indudablemente la pérdida de esmalte dental se irá intensificando con el paso del tiempo debido a la erosión dental provocada por la acidez de muchas bebidas, cuando la lesión haya invadido la dentina (segunda capa del diente debajo del esmalte) las enfermedades avanzarán con mucha mayor rapidez. El paciente empezará a tener episodios de hipersensibilidad, caries, cambios de color en la dentadura, comprometimiento estético y funcional, entre otras complicaciones.

Para que un diente se desmineralice se necesita un pH inferior a 5.5, el cual es un pH ácido. Aunque nuestro sentido del gusto no tenga la capacidad de percibirlo, algunas bebidas muy comunes tales como, los tés fríos, el vino, aguas aromatizadas, zumos de frutas en especial el zumo de limón, la cerveza, las bebidas energizantes y los refrescos, tienen un pH entre 2.5 y 4.5.

Algunas personas debido a la labor que desempeñan diariamente, en primer lugar los que trabajan en ambientes muy calurosos suelen tomar bebidas cítricas porque resultan más refrescantes, dicho consumo combinado con la sequedad de la boca producida por el calor, hace que la saliva no tenga la capacidad necesaria para neutralizar los ácidos ingeridos y de esta manera inhibir la aparición de erosión dental.

Se recomienda tomar bebidas cítricas a la hora de sus comidas ya que, es el momento donde el flujo salival llega a su máxima expresión y puede contrarrestar la acidez en el ambiente bucal. Se debe tomar suficiente agua durante el día, masticar chicles sin azúcar, enjuagarse la boca con agua luego de tomar bebidas ácidas y cepillarse los dientes varias veces al día. Estos hábitos pueden evitar que la erosión dental en caso de existir siga avanzando, pero si ya existe un daño irreversible, necesita visitar su odontólogo para que le explique el tratamiento a seguir y así le devuelva la tranquilidad y estabilidad que su entorno bucal merece.

Dios le bendiga abundantemente.