Aunque el Clásico Mundial de Béisbol es un evento con bastante defectos, que incluye la falta de publicidad y que es un evento que tiene la incógnita de que si es un torneo de exhibición o real, es justo reconocer que eleva el amor de los que vivimos la pasión del béisbol.

Las oportunidades que brinda este evento para ver a todas las estrellas los países juntas en una misma alineación es algo genial.

Las tres versiones anteriores han sido muy beneficiosas para elevar el patriotismo entre los dominicanos. En la primera caímos en la semifinal; en la segunda no pasamos de la primera ronda y en la tercera nos levantamos para ganarlo de manera invicta, siendo el único país en lograr esa hazaña.

Para esta cuarta versión, el interés entre los jugadores dominicanos por participar es increíble, incluso, pensé que el gerente general Moisés Alou no iba poder utilizar la estrategia que tuvo en la anterior que consistió en incluir a jugadores que participaron en el pasado torneo de béisbol invernal.

Esta vez apenas pudo incluir al receptor Alberto Rosario y al jardinero Mel Rojas Jr., quienes son los únicos entre los jugadores de posición que no tienen un puesto ganado en la nómina regular de un equipo de Grandes Ligas.