Volver a nacer

Volver a nacer

Volver a nacer

Dr. Rafael Molina Morillo, director de El Día.

Días atrás dejé planteada en este mismo espacio una difícil pregunta dirigida a mis lectores: ¿si volviera a nacer, qué le gustaría ser?

Muchas y variadas han sido las respuestas, aunque solamente me referiré a dos de ellas, porque no caben más en estas líneas.

El periodista Ubi Rivas dice al respecto que la pregunta “conlleva inexorable una respuesta, en mi caso, de volver a nacer, decidiría sin un ápice de parpadeo repetir la difícil, riesgosa e incomprendida asignatura de la comunicación, porque en ese ejercicio escabroso dispongo de los invaluables tesoros emocionales… de conocer y tratar a las figuras más señeras del periodismo dominicano” (y a seguidas menciona una lista con los nombres de esas personas).
Por su parte, el señor Toribio Candelier me escribe:

“En cuanto a su pregunta le digo que yo nací de nuevo (no me diga evasivo o pretensioso). Si usted pudiera leer en la Biblia, el capítulo 3 del Evangelio de Juan, los versos 3, 5, y 7, se daría cuenta de que SÍ, una persona puede nacer de nuevo.

Ese nuevo nacimiento le da a la persona la facultad de entender muchas cosas que antes no entendía y sobre todo conocer, honrar y glorificar AL CREADOR de esa creación de que usted habla en su escrito.

“El rey David, contemplando el universo, proclamó: “Los cielos cuentan la gloria de Dios y el firmamento anuncia la obra de sus manos”. Salmo 19:1.

Espiritualmente hablando, “Por la fe entendemos haber sido constituido el universo (creado) por la Palabra de Dios…”. Hebreos 11:3.

“Admiro su humildad buscando «”nfructuosamente la verdad en medio de la inmensidad de la creación. “Realmente todos tenemos limitaciones ante un Dios que no tiene límites (infinito).

Hubo un hombre, inquieto como usted, llamado Tomás, que cuestionó a Jesús sobre el verdadero Camino y Jesús le dijo: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí”. Juan 14:6.

“El nuevo nacimiento del que habla la Biblia le da la facultad, dada por Dios, de conocer la Verdad. Ante personas inquietas como usted, Jesús les dice: “Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y el que a mí viene, no le echo fuera”. Juan 6:37.”



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