Santo Domingo.. A diferencia del tradicional fruto comestible de olor fuerte y dulce cuando madura, la guayabita de Falcondo es un arbustillo melífero que genera néctar y polen para las abejas y es aprovechada por la fauna una vez cae sus productos rojos.

La especie endémica del país que lleva por nombre científico (Psidium nannophyllum Alain) está distribuida entre pinares, especialmente en el lugar denominado “loma La Peguera”, provincia Monseñor Nouel, es altamente ornamental y se encuentra en peligro crítico.

“Es una planta familia o del mismo grupo de la guayaba nuestra, se encuentra sólo en los terrenos de Falcondo y es una especie que se está trabajando en Misión Rescate Lista Roja de la República Dominicana. Es apadrinada por esa empresa, mientras que el Jardín Botánico Nacional trabaja para la conservación de esta planta de las que sólo tenemos 3 o 4 ejemplares, y cientos de otras especies en estado similar a fin de evitar que se extingan”, indicó Teodoro Clase, encargado de Botánica.

La minera escogió la guayabita roja para promover su conservación por ser una especie emblemática de loma La Peguera y preservar la biodiversidad única que surge a su alrededor, como una contribución al medio ambiente y la flora de la provincia y el país, según algunas de sus publicaciones. Teodoro resalta que este arbusto que alcanza hasta 2.5 metros de altura con hojas rombo-elípticas y flores con corolas amarillentas-blanquecinas ha sido bautizado con ese nombre por ser apadrinada y promovida para su preservación por la minera dentro de sus acciones de responsabilidad social.

Las guayabitas rojas que echa, son aprovechadas por aves y otras especies, aunque su alto potencial es como planta ornamental y para lo que se recomienda.

Floración

Teodoro Clase explicó que en la descripción de fenología en relación a las colecciones que posee el herbario del Jardín Botánico se ha encontrado con flores desde abril hasta julio y no existen mitos algunos sobre la especie.

La empresa minera realiza jornadas de reforestación dedicadas a la guayabita roja a través de su Departamento de Ambiente y Calidad en que participan autoridades y sus comunidades tomando en cuenta las dificultades para su reproducción por semillas o estacas.

Teodoro insta a las entidades y población en generar a proteger la especie vía proyectos relativos al cuidado ambiental para su propagación e incluir el componente de la concientización dada su importancia. La misma se da en bosque húmedo de pinos y árboles de hojas anchas, bajo sol y sombra.