Se acerca el voto

Se acerca el voto

Se acerca el voto

Nassef Perdomo Cordero, abogado.

Faltan poco menos de dos semanas para que los dominicanos acudamos al llamado de las urnas, responsabilidad que hemos cumplido religiosamente en las últimas décadas. Como consecuencia de ello, la participación electoral en las elecciones presidenciales ha sido robusta. Y no sólo el día de las elecciones, sino también en todos los meses previos.

Esta, sin embargo, ha sido una campaña sin mayores sobresaltos, sosa incluso, lo que no es necesariamente malo. De hecho, que las campañas electorales estén libres de momentos dramáticos puede ser señal de madurez democrática. Después de todo, pocas personas se emocionan cuando de debatir detalles de políticas públicas se trata. De eso hay algo, ya las campañas electorales no nos tiñen de sangre como antes.

Quizás también tiene que ver con que los medios digitales han transformado las necesidades de la actividad proselitista, y nos encontramos en un momento de transición en el cual los actores incorporan nuevas estrategias, pero aún no terminan de abandonar las prácticas pasadas.

Pero la causa que me preocupa, y que he tratado con anterioridad, es la posibilidad de que los ciudadanos hayan decidido alejarse del proceso. Esto es relevante porque, a pesar de sus defectos, las democracias son el mejor sistema que hemos encontrado para convivir en la diferencia. El abandono de la democracia implica, a la corta o a la larga, el florecimiento de alternativas menos pacíficas, menos estables, menos respetuosas de la dignidad humana.

Este problema atañe a todos, no sólo a los políticos. Si bien es cierto que el papel de estos últimos es acercarse al ciudadano, también lo es que el papel del ciudadano no puede limitarse a que los políticos vayan a buscarle a su casa.
Aunque no seamos capaces de impactar la opinión pública en la misma forma que los partidos, sí podemos usar los medios que están a nuestro alcance para expresar nuestras inquietudes y deseos. De nada sirve esperar a que lo hagan otros y luego sentirnos insatisfechos cuando no ocurre. Tomemos la democracia en nuestras manos, ese es su sentido y propósito. Participemos.



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