Todos a la derecha

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Todos a la derecha

Frederich E Berges

El triunfo de Donald Trump como presidente electo de los EE. UU., ha puesto de relieve un giro en la política internacional y de muchos países hacia la derecha, entendiéndose como tal la mezcla de nacionalismo con valores conservadores y adhesión a prácticas sociales convencionales.

Este giro ha tenido como protagonistas recientes la Rusia que quisiera de nuevo ser soviética de la mano de Vladimir Putin, la República Popular China con Xi Jingping, la Argentina de Macri, el Perú de Kuczynski, la Turquía de Erdogan y los acontecimientos recientes en Brasil.

Por igual parece que el futuro aguarda una Francia encabezada por Francois Fillon, la renovación de una cuarto mandato en Alemania de la Merkel, y hasta el fenómeno del Brexit en Inglaterra.

Todo estos movimientos señalan que la política global está cada vez más propugnando por un retorno a los valores tradicionales históricos de cada sociedad, abatidas por la pérdida de empleos y competitividad productiva, basándose en una soberanía cada vez más alejada del humanismo que hasta ahora marcaba temas como la inmigración, la confrontación de valores religiosos, éticos, y el deseo de una integración universal que aseguraría la paz en convivencia armoniosa.

Por suerte en nuestro país aún prevalece en el gobierno un sentir solidario y un reconocimiento que como nación y economía pequeña, isleña, caracterizada por su apertura económica y social, sobrellevamos una política de centro, donde tanto los valores de convivencia social como los de las iniciativas privadas son respetados y alentadas, permitiéndonos coexistir de una manera armoniosa.

El desafío que tenemos por delante será el de poder sobrevivir con nuestras prácticas democráticas de centro en un mundo cada vez más polarizado, en el cual el todos a la derecha pudiera resultar peligroso para nuestro desarrollo sostenido, y con ello poder aportar las enormes carencias que aun padecemos.



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