Sobre el museo Johnny Ventura

Sobre el museo Johnny Ventura

Sobre el museo Johnny Ventura

Rafael Chaljub Mejìa

Todos los homenajes que se le tributen a Johnny Ventura son más que merecidos. Este singular artista deja su nombre, su obra y su memoria sembrados en el corazón del pueblo que ahora le está dando una emocionada despedida.

En medio de esas emociones han surgido diversas propuestas. Que se funde el Instituto del Merengue, la Casa del Merengue, que se convierta la calle Moca en Bulevard Johnny Ventura, que al teatro Agua Luz se le convierta en una sala del merengue Johnny Ventura. Ya el Senado lo declaró Padre del Merengue Moderno, un grupo de diputados ha propuesto crear el Museo del Merengue Johnny Ventura.

Johnny lo merece, de sobra. Pero temo que se estén proponiendo cosas bajo el impulso de las emociones y se está olvidando la experiencia. Aquí suelen aprobarse iniciativas para dejarlas caer desde el mismo momento en que se aprueban.

La Casa del Merengue es una idea promovida desde hace años por el profesor Dagoberto Tejeda Ortiz. Un proyecto fundamentado, elaborado por un maestro. Hace unos años don Américo Mejía historiador y verdadera biblia del merengue, y yo, nos sumamos, la sometimos a las autoridades y aún esperamos la respuesta.

Hace un par de años, el Ministerio de Cultura aprobó fundar el Museo de la Música Dominicana y cuando eso empezaba a organizarse, las actuales autoridades del mismo ministerio lo cerraron.

En la misma Cámara de Diputados se debatió un proyecto del entonces diputado y cantautor Manuel Jiménez para crear el Museo del Merengue, y eso se quedó allí mismo.

Aquí se declaró a la señora Jatnna Tavárez Madrina del Merengue, también se declaró un Día del Merengue y nada de eso ha tenido resultado digno de reconocerse, el merengue fue declarado Patrimonio de la Humanidad y no se ha tomado medida alguna para presentarle dignamente ese patrimonio a los interesados locales y a los visitantes extranjeros.
Un Museo del Merengue no es cualquier cosa.

Demanda de una planificación, un personal entrenado y un equipo dirigente que conozca del merengue, incluyendo el merengue típico. Y sobre todo, requiere de una voluntad a prueba de tropezones, de desengaños y de funcionarios indolentes.

Ahora, actuemos pero reflexionemos bien nuestras propuestas. Bajo las emociones todo puede aprobarse.

El asunto pasaría a ser quiénes estarían dispuestos a comprometerse a respaldarlas y echarlas a andar, como Johnny Ventura, Félix del Rosario, Joseíto Mateo, Ñico Lora, Pedro Reynoso, Tatico Henríquez y Bartolo Alvarado, entre muchos, lo merecen.



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