¿Puede la economía desarticular las crisis?

¿Puede la economía desarticular las crisis?

¿Puede la economía desarticular las crisis?

Daris Javier

En el año 2019 la reputada academia de ciencias de Suecia llevó su acostumbrada selección de reconocer los investigadores más relevantes en las diferentes áreas del saber científico y con el mismo otorgar el Premio Nobel. En relación a la economía, el otorgamiento al mérito recayó en tres investigadores que han presentado la calidad que le merece tal galardón, se trata de los economistas Michael Kremer, Abhijit Banerjee y Esther Duflo, quienes han orientado sus trabajos de investigación al delicado tema sobre pobreza

Estos tres economistas han puesto en evidencia que resulta un absurdo pretender que la pobreza se pueda erradicar en un periodo de diez años como han planteado muchos gobernantes del mundo en vía de desarrollo. Por tal razón, Banerjee y Duflo ya había abordado el tema de repensar la pobreza y en que han dejado establecido de lo importante y crucial que resultan los recursos del Estado para desactivar el flagelo de la pobreza y las dificultades de los problemas de salud y de los servicios públicos en los países en vías de desarrollo. ´

Recientemente, los premio nobel de economía, 2019, Banerjee y Duflo, han escrito el libro, “Buena economía para tiempos difíciles” y en el cual sostienen que, “donde la política económica ha fallado, donde la ideología nos ha cegado, sobre dónde y por qué la buena economía es útil, en especial en el mundo de hoy”. Por tal razón formulan la interrogante de “hasta qué punto la economía, cuando se ejerce bien, puede resolver nuestros problemas sociales y políticos más acuciantes”.

Con la crisis sanitaria y económica global el criterio de los economistas galardonado con el premio nobel del 2019 es válido no tan solo repensar el tema de la pobreza, sino que también se impone repensar todo, abarcando la economía. Pues será inevitable plantearse un reenfoque de cómo sobrellevar la economía en el complejo y difícil escenario en que el mundo le ha tocado transitar ya que de lo que se trata es de reconstruir la nueva globalización geopolítica y geoeconómica donde necesariamente ha de rescatarse la casi descontinuada cooperación internacional.

Es en tal contexto que los economistas Banerjee y Duflo colocan en primer plano el tema de la inmigración a la desigualdad o a la emergencia climática un reto a enfrentar en lo inmediato, lo cual se hace más urgente al profundizarse con la pandemia global. Pero es que el mundo está tan complicado y la economía cada vez se torna tan importante que obliga a dejársela a los economistas para que formulen el marco de las políticas a impulsarla, pero resulta que alcanzar la superación del malestar que destruye al planeta requiere de la inclusión de todos y cada uno desde un ángulo de contribución cada vez más juicioso, incluyente y más humano.

Relevante son los criterios de Banerjee Duflo al defender el papel de los economistas para superar el malestar que detiene el progreso económico y social de los países más vulnerables, así como el intervencionismo inteligente y la búsqueda de una sociedad basada en la empatía y el respeto a la institucionalidad. Aunque sus enfoques fueron concebidos previo a la crisis global, sin embargo, la operatividad de los mismos tiene validez para manejar la crisis global que destroza al mundo, por tanto, la economía es la herramienta por excelencia para enfrentar cualquier tipo de crisis y es bajo esos criterios que a los economistas se les tiene la tarea irrenunciable de estudiar y proponer soluciones orientados a frenar y evitar la reproducción de estos eventos.

Y ha de ser así ya que estos dos académicos e investigadores de la economía, hoy premio nobel, sostienen que los economistas “son como fontaneros(o artesanos), resolvemos problemas con una combinación de intuición basada en la ciencia, suposiciones apoyadas en la experiencia y mucho ensayo y error”. Pues como se sabe, hasta finales de la década de los 90, los economistas que querían evaluar el impacto causal de las políticas públicas sólo podían aspirar a encontrar una fuente de variación exógena ya presente en la implementación de programas, lo cual era una especie de limitación a encontrar repuestas convincentes a los shocks exógenos y frenaba la efectividad de las políticas públicas.



Daris Javier Cuevas

Economista-Abogado Máster y Doctorado en economía Catedrático de la UASD

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