Cómo cambian las prioridades según van pasando los años. Lo que ayer era para mi importante, casi vital, hoy pierde fuerza y me doy cuenta de que ya no me importa tanto.

Otras cosas van ocupando su lugar y se convierten en la base para definir mis estados de ánimo o mi cercanía con la felicidad, pero cada vez son menos y más puntuales y, ante todo, una parte más y no la única.

Otra cosa que llega con los años, la experiencia, las caídas y los aprendizajes, es quitarle el poder a esas cosas que te importan para que no controlen lo que eres. Quiero decir que es muy importante tener claras esas prioridades, esas metas, esas aspiraciones, porque se convierten en motor de tus acciones.

Ahora bien, que lleguen a transformarse en una obsesión o que si no se cumplen ya eres miserablemente infeliz… Ahí, no. Son cosas, no sentimientos y no definen lo que eres, sino aquello que quieres que es muy diferente.

Cuando llegas al punto de saber diferenciar ambas cosas, avanzas, te lo aseguro. Y no es que lograrlas, disfrutar el camino para hacerlo, no te traiga sentimientos, se trata de que eso no sea lo principal.

Creo mucho en quitarle el poder a aquellas cosas, personas, acciones y pensamientos que toman el control de tal manera que no te permiten ser tú mismo, encontrar tu lugar y sobre todo que te impiden avanzar y ser feliz.

Prioridades, desde luego, trabajar por ellas, también, pero no dejen de ser ustedes mismos por eso y no crean que es lo que son, simplemente y repito es algo que quieren y forma parte de su vida, pero como un pilar más dentro de todo lo que son que es mucho y valioso.
No lo olviden.