MADRID.-Esto «demuestra que la juventud católica está muy viva», asegura el seminarista Jesús Godoy, uno de los miles de jóvenes apostados en las calles de Madrid para ver a Benedicto XVI, que llegó este jueves a la capital española para liderar la Jornada Mundial de la Juventud.

Están allí «para demostrar que la fe católica sigue muy en forma en el mundo y en América Latina», dice este joven seminarista venezolano de 27 años.

Lleva dos horas tras una de las barreras instaladas en el trayecto que recorre en papamóvil el pontífice, entre el aeropuerto y la nunciatura vaticana, en el centro de la ciudad, donde se alojará durante los cuatro días que dura su visita.

Subidos en puentes, flanqueando carreteras y calles, lanzando confetis y globos al paso del papamóvil, miles de jóvenes daban la bienvenida al Papa a su llegada a Madrid rodeado de un fuerte dispositivo de seguridad que ha movilizado a unos 10.000 policías.

«¡Viva el Papa!», «¡Benedicto, Benedicto!», «Esta es la juventud del Papa«, «¡Que bote el Papa!», gritan jóvenes de todo el mundo ataviados con las coloridas camisetas de las JMJ, muchos subidos a los semáforos o a las papeleras, algunos protegiéndose del sol con paraguas, mientras agitan coloridas banderas de países como Argentina, Bélgica, España, Irlanda y Canadá.

«Es la primera vez que vamos a ver al Papa y venimos a la Jornada. Si me dejan, voy a saltar a tocarlo», dice sonriendo el joven Hugo Cuéllar, mexicano de 12 años que espera tras una barrera con una bandera de su país en mano desde hace unas tres horas.

El y muchos jóvenes que lo acompañan acudirán este jueves a última hora de la tarde a la céntrica plaza de la Cibeles para participar en la celebración de bienvenida que darán a Benedicto XVI los peregrinos, que se espera rebasen el millón.

Con este acto, el Papa comenzará a liderar los numerosos actos previstos para las JMJ, que se iniciaron el martes, cuyos puntos fuertes son un Vía Crucis en el centro de Madrid el viernes y una vigilia de oración.

Los jóvenes podrán pasar la noche del sábado al domingo al raso, durmiendo en sacos y esterillas en el aeródromo de Cuatro Vientos, a las afueras de la ciudad, en una superficie del tamaño de 48 campos de fútbol.

La llegada del Papa sigue al enfrentamiento verbal que vivieron muchos jóvenes peregrinos el miércoles durante una manifestación en el centro de la ciudad en defensa de un Estado laico y en contra de la financiación pública de las JMJ.

«Me han intentado robar la mochila, me decían que ellos la habían pagado, pero la he pagado yo», relata Jesús Godoy en referencia a la mochila que recibe cada peregrino al inscribirse en las JMJ.

«Nosotros hemos contestado con el mesaje de Cristo, con un mensaje de paz, con una bendición», detalló el joven, uno de los aproximadamente 60.000 jóvenes de 25 países latinoamericanos inscritos en esta Jornada, que predece a una próxima edición que acogerá Río de Janeiro en 2013.