Los tres congresos

Los tres congresos

Los tres congresos

El Congreso Nacional, primero y más representativo de los poderes del Estado por la naturaleza de su elección y el vínculo directo que se les supone a sus integrantes con los electores de cada una de sus comunidades, ha debido afrontar desde su instalación el 16 de agosto tareas que, además de exigentes, no les han dado tregua.

La determinación del segundo miembro del Senado en el Consejo Nacional de la Magistratura es una de estas tareas demandante de atención y prometedora de estrés. Y si no de conflicto, por lo menos de interés, la de cuatro diputados electos que prefirieron puestos en el Poder Ejecutivo y aún no son sustituidos.

Las entrevistas a más de 330 aspirantes a integrar el órgano electoral, compuesto de cinco miembros y sus respectivos suplentes, ha sido una maratón y debe de ser en este momento un quebradero de cabeza para quienes, finalmente, tienen que depurar y escoger.

También ha sido tarea de comisionados del Senado recibir a los que aspiran a formar parte de la Cámara de Cuentas, otro órgano extrapoder en el que ha estado centrada la atención en estos días de cambio de gobierno y de presentación de juramentos de bienes.

Pero también ha mantenido muy agitadas las conversaciones en el Congreso Nacional el Fondo de Asistencia Social, el conocido Barrilito.

Además de este Congreso, llamado a entenderse con asuntos de interés general, hay en curso en este momento otros dos que mantienen ensimismadas a las dos principales parcelas políticas de la oposición: los partidos de la Liberación Dominicana y La Fuerza del Pueblo.

Para algunos puede estar pasando desapercibido, pero entre estas dos organizaciones políticas sigue en pie una tenaz competencia por la modernización tecnológica de sus procedimientos y por la captación de los jóvenes de primera y segunda generación, para quienes el mundo virtual y sus procedimientos pueden llegar a ser excitantes.

Cada día es posible oír hablar de las dificultades económicas, del asunto salubridad, de los desafíos a las restricciones de la movilidad de las personas, de la escasez y las carestías.

Que estas quejas se mantengan dentro de límites aceptables puede ser tarea de estos tres congresos. Uno, con una sana administración del interés general; los otros dos, con la organización y canalización de los intereses y preocupaciones de la población a través de procedimientos civilizados y democráticos.



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