Santo Domingo.-Abordar un carro público en la carretera Mella se ha convertido  en una experiencia traumática para los pasajeros, debido al vandalismo que impera en esta ruta.

En los llamados operativos  de control que realizan las diferentes rutas  de transporte público pertenecientes a la Federación de Transporte La Nueva Opción (Fenatrano), para supuestamente controlar el flujo de los “carros piratas” o choferes independientes, los pasajeros son rociados con un líquido maloliente   y,  peor aún, otras veces resultan heridos.

Los “operativos”  son realizados por los controles o encargados de vigilar las rutas de manera sorpresiva. Estos,  con pistolas y palos en manos  obligan a los choferes, que no pertenecen a la ruta, a desmontar los pasajeros.

A los conductores que  no  bajan a las personas  les rompen los cristales del vehículo. Otras veces les lanzan un    líquido apestoso.

Estas acciones vandálicas  suceden a la vista de los agentes de la Autoridad Metropolitana de Transporte, sin que se produzca ninguna reacción de su parte.

“Señor,  ayúdame a que no me pase nada  en camino al trabajo;  Dios, quiero llegar limpia,  que no me tiren nada”, pensaba ‘Mónica’, mientras iba en un carro pirata que transitaba desde   la carretera Mella hasta la Ortega y Gasset.

‘Mónica’  está frustrada porque hace apenas semanas   al vehículo en el que se dirigía a su trabajo le lanzaron el líquido,  rociando a todos los pasajeros que iban en él.

La joven, quien ya estaba a una esquina de su parada, tuvo que devolverse  a  su casa a bañarse y  desprenderse del mal olor que se le había impregnado en todo el cuerpo.

 “Yo me tuve que bañar dos veces y ese hedor no se me quitaba”, dijo.

Pero ésta no fue la primera vez, a la joven ya le habían lanzado este líquido maloliente en otra ocasión.

Así como a ‘Mónica’ a diario pasajeros  y choferes son maltratados en esta ruta y en otras, sin importar sexo, edad, ni condición social.

Sin embargo, los controles de Fenatrano niegan que sean  ellos  quienes cometen estos actos vandálicos en la ruta Mella-Máximo Gómez- Tiradentes.

Pedro Rodríguez, un chofer de la ruta Almirante-Invivienda, dijo que no está de acuerdo con los operativos,  pero   indicó que  “hay que quitar a esos piratas de las rutas, porque, ¿y entonces, cómo trabajamos nosotros si de esto es que vivimos?”.

Mantener una ruta es muy costoso

El alquiler de una ruta en la carretera Mella ronda entre los 500 y 600 pesos semanales, además cada chofer debe pagar 150 a 200 pesos de control cada vez que trabaja.

Debido a lo costoso que resulta tener una ruta, muchos choferes deciden trabajar de manera independiente, pues  muchas veces el concho no les deja ni para la comida.

“Ellos ( Fenatrano) son unos abusadores,  uno trabaja para ellos, porque hay que pagar el alquiler y el control,  y también   hay que darles  25 y 10 pesos a cada control cada vez que uno llena, imagínate tú, ese es el negocio del ‘capa perro’, uno no se gana nada”, dijo un chofer de los denominados piratas, quien no quiso identificarse por temor a represalias.