Las japonesas piden cambios en el trabajo

Las japonesas piden cambios en el trabajo

Las japonesas piden  cambios en el trabajo

Bloomberg News.-Yukari Sato, una de las pocas legisladoras mujeres en Japón, dice que para que el país salga de 15 años de espiral deflacionaria, los programas de estímulo deben ir acompañados de cambios en las condiciones de trabajo para las mujeres.

Horarios flexibles, la revisión de las normas de deducciones fiscales de los cónyuges y mejor acceso al cuidado infantil son áreas que requieren reformas, dijo Sato, que fue economista principal en Credit Suisse Group AG antes de convertirse en legisladora en un país que está clasificado después de Arabia Saudita en la proporción de mujeres en el parlamento.

Las medidas podrían contribuir a resolver una escasez de mano de obra que Morgan Stanley MUFG Securities Co. definió como el talón de Aquiles para el programa de reactivación del primer ministro Shinzo Abe.

“Lo que en Japón es sentido común es absurdo según los parámetros globales, y lo que es absurdo aquí es sentido común en el resto del mundo”, dijo Sato, de 52 años, en una entrevista en Tokio el 21 de mayo.

“Como pionera, choqué contra muchos muros, pero me gustaría invitar a más mujeres japonesas a unirse al club”.

La carrera política de Sato despegó en 2005, cuando se convirtió en una de las 43 mujeres que consiguieron bancas en la Dieta cuando el Partido Liberal Democrático del ex primer ministro Junichiro Koizumi obtuvo una victoria electoral aplastante.

La campaña con un buen manejo de medios fue protagonizada por una serie de mujeres fotogénicas de rostros frescos llamadas las “asesinas” de Koizumi.

Su campaña contra la candidata entonces independiente Seiko Noda les valió a ambas el mote de “Madonna”, un término utilizado en Japón para referirse a mujeres de perfil alto muy admiradas.

Sato, que es egresada de la Universidad de Columbia y tiene un doctorado en economía de la Universidad de Nueva York, es un caso raro en Japón. Sólo 16 por ciento de los 242 miembros de la cámara alta a la que pertenece, son mujeres, muestra un informe gubernamental.

La proporción correspondiente a la cámara baja alcanza la mitad de esa cifra, lo cual deja a Japón en el puesto 129 de una clasificación global de mujeres en parlamentos nacionales, por debajo de China en el puesto No. 61 y Arabia Saudita en el 75, según la Unión Interparlamentaria.

La disparidad se refleja en el trabajo.

La relación mujeres/hombres en la fuerza de trabajo en Japón era 0,74 en 2010, clasificándose en el puesto 90 a nivel global y en comparación con 0,86 en los Estados Unidos, muestra el último Informe Global sobre Competitividad del Foro Económico Mundial.

El número de mujeres empleadas aumentó 470,000 hasta 27 millones el año pasado, un aumento no visto desde 1991, según el ministerio del interior.

“Es necesario rever los sistemas de seguridad social y de pensiones para estar a la altura del número cada vez mayor de familias con doble ingreso”, dijo Sato. “Debemos resolver la distorsión en el sistema fiscal y derribar las barreras para que las mujeres trabajen más libremente y asuman roles activos en la sociedad”.

La administración Abe está reviendo normas según las cuales el segundo proveedor de ingresos en todos los hogares sólo paga impuestos si gana más de 1,03 millón de yenes (US$10,110) anuales, una medida que alienta a unos 14 millones de trabajadoras casadas a limitar su participación en la fuerza de trabajo.

Modificar estas disposiciones podría impulsar a algunas mujeres a trabajar más horas y contribuir a mejorar el equilibrio de género en la fuerza de trabajo japonesa que está en vías de contracción.



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