La revolución de los precios

La revolución de los precios

La revolución de los precios

Daris Javier Cuevas, columnista en el periódico El Día.

La historia de la evolución de los precios y su expresión más genuina, la inflación, está registrada con una vinculación intima con el surgimiento de la moneda como medio de pagos y su acuñación, desde la antigüedad hasta la actualidad.

Es por tal razón que cuando se observa una subida incesante de los precios de los bienes y servicios en el tiempo, se piensa en los efectos de la misma en la economía, en particular, el deterioro de los ingresos y cómo se reduce el poder adquisitivo.

Cuando se piensa en que, una expansión de la oferta de dinero, se traduce en una mayor inflación, se está ante la presencia de una de las leyes que resultan ser un axioma, tal como así lo ha demostrado la historia de la ciencia económica.

Los diversos pensadores de la economía dedicaron su atención y preocupación por el impacto de la entrada masiva de metales preciosos que procedían de las colonias y incidían en los niveles de precios.

Cómo olvidar aquella frase dejada por el economista y premio Nobel, Milton Friedman, al sostener de manera fría que la inflación es siempre, y en todas partes, un fenómeno monetario en el sentido de que solo es y puede ser producida por un incremento más rápido de la cantidad de dinero que de la producción.

En adicion, el brillante economista ingles John M. Keynes, puso en evidencia la existencia de múltiples fenómenos que inciden en un incremento de la inflación, caso de la demanda agregada frente a una oferta restringida, además del fenómeno monetario, para ambos casos se deduce que el flagelo de la inflacion es algo que sigue siendo un tema controversial.

Una retrospectiva de la evolución de los precios conduce a recordar que el descubrimiento de los yacimientos de Oro y plata a escala planetaria, iniciaron las tensiones inflacionarias, por lo que para la época la causa principal de la inflación se debía a que la expansión monetaria que causaban los metales preciosos ya que estos permitían fabricar mayor cantidad de dinero, provocando así subidas de precios incontrolables.

Es en tal contexto que los bancos centrales pasan a jugar nuevos roles, siendo su principal responsabilidad la estabilidad de precios.

En la actualidad los bancos centrales están en la obligación de responder sobre como justificar el tipo de política monetaria que ejecutan y el porqué de la persistencia del fenómeno de la inflación.

Además, ¿Por qué el banco central incrementa la cantidad de dinero sin que se haya superado la inestabilidad de precios?, como el caso dominicano.

Bajo los criterios planteados, resulta inaceptable que un banco central incurra en un incremento de la oferta monetaria con la finalidad de financiar a un gobierno en un contexto en que las finanzas públicas exhiben una situación de déficit.

Si se apostara a una operación de triangulación, se jugaría a la ruleta Rusa como último recurso, en el cual el gobierno es receptor del dinero emitido, y que no regresaría al banco central, por tanto, entra a la economía presionando los precios por su incidencia en los precios de los diversos bienes y servicios, haciendo que la inflación deteriore el poder de compra de las personas y las empresas, esto es, estimulando que la inflación se traduzca en un impuesto destructor del bienestar.

El fenómeno de la inflación se ha cimentado de una forma brutal, en los últimos tres años, sobre la realidad económica con efectos nocivos, riesgosos y angustioso para el consumidor. De tal magnitud ha sido el incremento sostenido de los precios que la inflación a escala global ha puesto a repensar la efectividad de la política monetaria.

Este insospechado comportamiento de los precios puso al descubierto que los gobernadores de los bancos centrales se colocaron de espalda a la realidad económica cuando estos sostuvieron que se trataba de un fenómeno transitorio con un impacto limitado.

Sin embargo, la realidad ha sido otra, una inflación estructural y sostenida, que trasciende a lo meramente monetario, por lo que las respuestas de los bancos centrales, y en particular, el banco central de la Republica dominicana, ya se agotaron, así lo evidencian los estímulos monetarios de este último.

Una de las características relevante del actual fenómeno inflacionario es que este se manifiesta de forma multidimensional y desproporcionada entre los países, con estímulos multifactoriales que generan una retroalimentación y con dificultades para frenar su incremento.

Tal realidad es lo que en una alta proporción explica el hecho de que los estímulos monetarios se reiteren de manera frecuente más allá de lo prudencial, obviando el costo, riesgos y desafíos que esto implicará para la economía.

Si bien es cierto que la velocidad de crecimiento de la inflación es menor a la que venia registrando, no menos cierto es que se debe considerar que esto es fruto de factores coyunturales, pero los precios no han bajado.

En tal sentido, las autoridades monetarias deben actuar con la mayor inteligencia posible tomando en consideración que la inflación predominante estará en función de la evolución de la oferta monetaria, pues asistimos a una revolución de los precios sin plazo de vencimiento.



Daris Javier Cuevas

Economista-Abogado Máster y Doctorado en economía Catedrático de la UASD

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