La Casa de los Cinco Medallones es un vivo ejemplo del estilo gótico

La Casa de los Cinco Medallones es un vivo ejemplo del estilo gótico

La Casa de los Cinco Medallones es un  vivo ejemplo del estilo gótico

El podio en la casa permite la creación de una escalinata de doble rampa. fotos césar langa ferreira

Con el descubrimiento de las nuevas tierras llegó el pensamiento gótico medieval propio del reinado de los reyes católicos, Isabel y Fernando.

Este gótico llegó con apellido “Isabelino” y se practicó en la isla con la llegada del gobernador Nicolás de Ovando, quien traía el mandato expreso de erigir una ciudad que sirviera de asiento a las funciones de los reinos de España.

Poco más adelante llegaron navíos con alarifes y maestros constructores para la ciudad que se levantaba a orillas del Ozama.

La puerta principal está rodeada por un arquitrabado.

Así se introdujo el movimiento en boga en España con sistemas constructivos góticos y las fachadas y algunos detalles de interiores con el estilo nuevo llamado plateresco u obra a lo romano, que es como se conoció al arte renacentista, tanto en la metrópoli como en las nuevas tierras.

Los modelos
Los mejores modelos se pueden observar en el palacio de Diego Colón, así como en la Catedral, en donde el estilo se manifiesta en algunas capillas y en la fachada principal que mira hacia el oeste, limitada por dos enormes contrafuertes, espacio central en donde se despliega el nuevo arte a lo romano.

Esta nueva manifestación también se encuentra en el interior de algunas iglesias como la del convento Dominico, las Mercedes y Regina Angelorum, entre otras más.

La más notable
La arquitectura civil aportó también a la nueva tendencia artística una de las mas notables, es aquella situada en la hoy calle arzobispo Meriño.

La construcción está sobre elevada en un podio que manifiesta la diferencia de terreno rocoso circundante, que tiende a bajar precisamente hacia la vecina calle Las Mercedes, la que se desarrolla siguiendo la línea del farallón, el que se levanta hacia los niveles del conjunto monumental de los Franciscanos, en donde se señala el punto más alto de esta colina.

El podio en la llamada casa de los cinco medallones, permite la creación de una escalinata de doble rampa que da acceso al nivel de construcción del pavimento de esta emblemática obra, este tipo de escalinata fue típica del estilo.

Los materiales
Los materiales de construcción empleados fueron fundamentalmente la piedra coralina, extraída de las mismas rocas en donde se asienta la casa y la tapia y ladrillo para los muros y pavimento en los interiores.

La planta de la edificación mantiene el esquema fundamental y tradicional de la vivienda hispana morisca de la zona de Andalucía, al sur de España.

Esta planta presenta las funciones sociales, en la primera y segunda crujía del interior, definidas por las pendientes de los techos.

Se desarrolla perpendicular a este cuerpo, otro en donde se colocan los dormitorios y cocina, estando las funciones sanitarias, en una edificación separada.

Usualmente entre el martillo y la casa, se producía un primer patio destinado a la siembra de plantas comestibles y medicinales, colocadas en reatas separadas por caminos de tierra apisonada, a veces con vaciados de tapia como pavimento.

Luego de este patio, se pasaba a otro ambiente ajardinado, sembrado con árboles frutales. También existía un espacio para animales de corral.

Definitivamente lo que hace que esta construcción sea única en la isla y en Hispano américa es su magnífica fachada principal que mira hacia el este y que está constituida por los vanos de puertas y ventanas.

La puerta principal está rodeada por un arquitrabado realizado totalmente en piedra tallada, en donde los dinteles están trabajados en piedra de sillería a modo de platabanda, con piedras a modo de cuñas, en cuyo centro, se localiza la piedra de cierre que da estabilidad a la obra, esta se encuentra señalizada por tres grandes medallones esculpidos que hacen juego con otros dos, a cada lado del portón, colocados en medio de los fustes de las pilastras que sostienen el gran arquitrabe.

Estos tondos o círculos de piedra son el marco en donde se muestran cinco bustos de personajes masculinos que, al modo romano, vendrían a ser personajes notables de la ciudad o miembros de la familia que erigió la vivienda.

Al lado de las dos pilastras existen dos más pequeñas que enmarcan definitivamente toda la fachada plateresca.

Las cuatro pilastras tienen el mismo arranque por encima del nivel del piso, continuando hasta la parte superior del arquitrabe de la puerta principal.

Sobre el arquitrabe se conserva un resto moldurado de un elemento arquitectónico que podría denominarse friso, en este caso sin ornamentación, se compone de una línea superior y una inferior, conservando un fondo plano en el medio.

Pilastras laterales
Las pilastras laterales, así como las anchas pilastras que sostienen medallones, están sobreelevadas en podios que presentan motivos ornamentales en las bazas, estando las exteriores, la de la derecha con motivos antropomórficos y la de la izquierda, con motivos arquitectónicos.

Ambas pilastras poseen capiteles ricamente ornamentados con motivos antropomórficos y arquitectónicos.

Asimismo las pilastras centrales y su gran arquitrabe presentan decoraciones con motivos escultóricos, tomados del repertorio vegetal, envueltas en pequeñas volutas.

Otro nombre

—Casa de la moneda
Esta casa, por el motivo ornamental de medallones y bustos, fue conocida tradicionalmente como “La casa de la moneda” por la apariencia de grandes monedas que presentan los medallones y los bustos en la estructura frontal de la edificación colonial.

*Por MARÍA CRISTINA DE CARÍAS, CÉSAR IVÁN FERIS IGLESIAS  Y CÉSAR LANGA FERREIRA