Irrespeto y falta protocolos matizan toque de queda

Irrespeto y falta protocolos matizan toque de queda

Irrespeto y falta protocolos matizan toque de queda

SANTO DOMINGO .-Durante las poco más de seis semanas del toque de queda han sido arrestadas 61,332 por violar la restricción de circulación.

Esa estadística son solo un reflejo frío de lo que ha matizado esa medida.
El irrespeto de los ciudadanos hacía las autoridades combinado con la falta de protocolos y entrenamiento de los agentes, han sido los protagonistas durante el proceso de cuarentena que vive el país desde marzo pasado.

Cada semana, a través de las redes sociales circulan diversos vídeos que muestran enfrentamientos entre agentes policiales y ciudadanos, quienes se resisten a ser detenidos a pesar de estar en franca violación de las medidas de toque de queda o distanciamiento social dispuestas por las autoridades para mitigar los efectos del Covid-19.

Una muestra de ello fue la situación registrada en el sector Guachupita, en el Distrito Nacional, donde un uniformado fue agredido de un botellazo por una mujer que estaba siendo detenida por estar en la calle compartiendo bebidas alcohólicas minutos después de iniciado el periodo de toque de queda.

Cada vídeo tiene en común que regularmente los agentes terminan en una lucha cuerpo a acuerpo con los ciudadanos, evidenciando la falta de un protocolo y el entrenamiento estándar de los policías, quienes además carecen de los equipos y armas no letales para controlar la situación.

Moradores en el sevctor de Los Mameyes, en Santo Domingo Este, denunciaron que cada noche la Policía es retada por desaprensivos que no respetan el horario de toque de queda, agrediendo a pedradas y botellazos las patrullas que transitan.

De igual forma, a través de otro vídeo aficionado se puede observar a un agente de la Policía de apellido Mañón, saltar la verja de una residencia e irrumpir hasta el segundo nivel de la misma para ocupar una pequeña bocina.

En el vídeo se puede escuchar a los ocupantes de la vivienda, ubicada en Puerto Plata, reclamarle al uniformado las razones por las que subió hasta allí, calificandolo de abusador.



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