Hostos y Sumner: educación e independencia

Hostos y Sumner: educación e independencia

Hostos y Sumner: educación e independencia

Rafael Corporán de los Santos y Jack Veneno fueron dos personas muy queridas y que alcanzaron gran popularidad desde el mundo del espectáculo y la farándula.

Eugenio María de Hostos y Charles Sumner son dos figuras de dimensión continental que impactaron de manera decisiva en la República Dominicana en la educación y la independencia.

Con frecuencia se corre el riesgo de que lo actual le de lado a lo trascendente.
Que el Senado de la República haya aprobado sustituir el nombre de Charles Sumner por el de Rafael Corporán de los Santos indica, en el mejor de los casos, un desconocimiento sobre quién fue ese senador norteamericano en cuyo honor se designó una pequeña calle en el sector Los Prados de esta capital.

De igual manera, haber propuesto colocar en la misma línea a Eugenio María de Hostoscon Jack Veneno constituye una iniciativa que debe enterrarse sin mayores miramientos.

Tantos fueron los aportes de Hostos a la educación dominicana y tan alta es la estatura de su figura que sus restos reposan en el Panteón Nacional y el día de su nacimiento fue designado como Día Nacional de la Educación, gracias a una iniciativa legislativa del entonces diputado Carlos Gabriel García.

El senador Sumner fue un histórico presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores de Estados Unidos que, enfrentando de manera ácida al presidente Ulysses Grant, evitó que ese país se anexara la República Dominicana para convertir este territorio en un receptáculo de mano de obra de los esclavos libertos.

Sumner fue uno de los más intensos brazos legislativos de la gesta encabezada por Abraham Lincoln para abolir la esclavitud y su oposición fue esencial en evitar el despropósito de Grant contra la independencia dominicana recién restaurada.

Poner a Jack Veneno en la misma línea que Hostos o desplazar a Sumner para exaltar la figura de Corporán es darle de lado al valor de la educación, la independencia y el antiesclavismo al mismo nivel de la farándula y el espectáculo.
Señores legisladores, errar es de humanos. No insistan.



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