La convulsa situación que se vive en Haití repercute directamente en República Dominicana y otros países que, independientemente de hallarse fuera de la zona geográfica del Caribe, siguen de cerca los acontecimientos. Entre ellos Francia y varias naciones de Europa.
Dos estamentos nacionales siguen de cerca los acontecimientos. Desde el punto de vista diplomático es vital la mirada que hace el Ministerio de Relaciones Exteriores; y está la parte de la seguridad fronteriza, que atañe al Ministerio de Defensa.
Una y otra cartera tienen un papel fundamental ante la situación que se vive, hora a hora, en la nación vecina.
En Haití tenemos un personal diplomático y ciudadanos civiles y comerciantes que llevan décadas establecidos en esa comunidad. Otros residen en poblaciones fronterizas muy vulnerables cuando se producen situaciones de inestabilidad política.
Y como en este caso, asociada a una preocupante crisis económica y desabastecimiento de alimentos y combustibles.
Afortunadamente, hay medidas de prevención tomadas recientemente, que incluyen la movilización de militares dominicanos en número necesario para garantizar la vigilancia y seguridad en todo el cordón fronterizo. En Haití hace falta una gran dosis de sensatez.
La incertidumbre prima, pero esperamos que en las próximas horas se produzca el diálogo necesario y de concertación responsable. En eso deben enfocarse los sectores envueltos en este momento convulso.