Hay un gran trecho entre el “fiat lux” que describe la Biblia en el Génesis y el encendido del alumbrado en la avenida Mirador del Sur, pero si se nos permitiera aplicar una pequeña dosis de imaginación podríamos encontrar algunas similitudes entre ambos episodios.

Según el relato bíblico, Dios “creó el cielo y la tierra”, pero todo estaba tan oscuro y desordenado que de inmediato el Supremo Hacedor no perdió tiempo y dijo el famoso “fiat lux” (hágase la luz), que fue algo como si se prendiera una bombilla gigantesca que separó la luz de las tinieblas.

El caso del Mirador, desde luego, es obviamente diferente. ¿Quién va a pretender ser igual que el Arquitecto del Universo, tan solo por el simple hecho de haber completado la iluminación de la avenida Mirador del Sur, conocida como la Avenida de la Salud, una calle en una minúscula isla del Caribe?

Pero si dejamos a un lado los sentimientos políticos con que siempre manejamos las cosas, a mí me parece de justicia extender una sincera felicitación a las autoridades edilicias de turno, por haber completado, en el poco tiempo que llevan de ejercicio, las luces de la mencionada avenida, devolviéndole así, no solo su esplendor, sino también confianza y seguridad para convertirla en un sano espacio de esparcimiento, útil y amigable por demás.

Ahora bien, siguiendo en la misma onda, ojalá que el alcalde de la capital, David Collado, continúe ahora la tarea de iluminar otros espacios oscuros de la ciudad, para que también sean usados por las familias dominicanas, al grito de combate: ¡Fiat lux!