Cuando se diseña una encuesta con criterios estadísticos la estrategia de la recolección de los datos, que es el tema de esta entrega, es uno de los aspectos fundamentales a decidir, y asegurar su calidad.

Sobre este aspecto, en el mundo occidental los sondeos de opinión y las encuestas en general, desde sus inicios en 1824, se han materializado por medio a técnicas tradicionales, fundamentalmente la entrevista presencial y la entrevista telefónica.

A partir de la llegada de las redes sociales, en especial Facebook (2004) e Instagram (2010), sumado al desarrollo de softwares con integración a esas redes (MetaSurvey, QuestionPro, SurveyMonkey, Jotform, HubSpot y otros) se han convertido en un atractivo que, cada vez, gana más adeptos. Como se muestra a continuación, cada técnica tiene ventajas y desventajas.

Entrevista presencial
La técnica de la entrevista presencial, cuando se dispone de un marco de muestreo, y la muestra se diseña con criterios estadísticos, tiene las siguientes ventajas: 1) permite un efectivo acceso a la unidad de muestreo definida (persona, hogar, empresa, etc.); 2) una supervisión efectiva de la entrevista; y 3) permite medir más variables que cualquier otra técnica.

En lo referente a las desventajas, las que más preocupan son: 1) el alto costo que representa el trabajo de campo, que muchas veces hace inviable la aplicación de la muestra deseada, en especial cuando se trata de muestras grandes; 2) dificultad de llegar a unidades de muestreo de subpoblaciones de difícil acceso (clase social alta, residentes en condominios de acceso restringido, etc.); 3) el auge de la delincuencia en ciertas áreas geográficas que, además de representar un riesgo para los entrevistadores y supervisores, es motivo de rechazo de muchas entrevistas; y 4) la presencia de un extraño puede sesgar las respuestas a preguntas incómodas para algunas personas.

Entrevista telefónica
En lo referente a la técnica de la entrevista telefónica, cuando se dispone de un marco de muestreo formado por un directorio o listado de elementos con números de teléfonos asociados, ofrece las siguientes ventajas: 1) menor costo que la entrevista presencial; 2) mayor probabilidad de llegar a unidades de muestreo de subpoblaciones de difícil acceso por la vía presencial; y 3) obtención de datos robustos en poblaciones con cultura de responder encuestas telefónicas.

En cuanto a las desventajas, las que más preocupan son las siguientes: 1) en muchos casos no se tiene la certeza de quién está del otro lado respondiendo las preguntas; 2) negativa de muchas personas a responder encuestas telefónicas; 3) limitante de preguntas, ya que la encuesta debe ser breve; y 4) dificultad de conseguir o construir un marco de muestreo telefónico de la población objetivo.

Redes sociales
A partir de la llegada de las redes sociales, como son los casos de Facebook e Instagram, que son de las más importantes para investigaciones estadísticas, se han abierto nuevas ventanas para encuestas en línea, que tienen las siguientes ventajas: 1) costo mínimo para la implementación; 2) recolección de un gran volumen de datos en poco tiempo; 3) no requieren de encuestadores ni supervisores, y 4) permiten una efectiva diagramación de cuestionarios digitales, con elementos iconográficos atractivos para mejor comprensión de las preguntas y facilitar el registro de las respuestas.

En lo referente a las desventajas, las más importantes son: 1) no se puede hablar de encuestas probabilísticas para ciertas poblaciones, como es el caso de la población electoral, ya que el padrón electoral no está vinculado a las redes sociales de los votantes; 2) una importante proporción de la población adulta no está en las redes sociales; 3) la distribución geoespacial y sociodemográfica de las personas que están en las redes sociales no necesariamente sigue el mismo patrón de la población objetivo; 4) alta tasa de no respuesta y abandono de las entrevistas, y 5) el hecho de que las redes sociales permitan recolectar un gran volumen de datos, no significa una ganancia en las estimaciones, ya que el tamaño de la muestra por sí sólo no garantiza representatividad, al contrario, si ese volumen de datos se concentra en una determinada subpoblación, se produce un sesgo de selección de la muestra, que es malo para las estimaciones.

En definitiva, aunque las redes sociales siguen ampliando su penetración en la población, muchas encuestas de las que se materializan por esa vía, en especial las preelectorales, carecen de valor estadístico. Sin embargo, en la medida que crece la cultura de uso de redes sociales, y el ajuste estadístico correspondiente, las estimaciones serán más confiables.

En el marco de las buenas prácticas, quienes publican hallazgos de encuestas están en el deber de informar la metodología estadística y la estrategia usada en la recolección de los datos, sin dejar dudas al respecto. La encuesta que no ofrece detalles de su metodología, algo malo oculta.

*Por Dionicio Hernández Leonardo