Hasta que en esta sociedad los responsables de cometer actos irregulares, no paguen las consecuencias morales o judiciales, no se estará en condiciones de avanzar en ningún sentido.

Los inversionistas hablan de las permanentes trabas, los dirigentes políticos, deportivos y de cualquier otro sector solo truenan , “truenan”,cuando lesionan sus intereses, pero callan cuando recen sobre otros sectores.

Los que más hablan de institucionalidad son los máximos responsables de que se traben proyectos en ese tenor, porque públicamente los “favorecen”, pero solo hasta que se llega a los límites de la frontera de sus intereses.

stamos estancados, sin que aparezca un “Chapulín Colorao” que ponga coto a todas las barbaridades que a diario se observan, y aunque hay grupos que hasta se lanzan a las calles a protestar, a la larga, cuando a sus dirigentes les llega la hora de “morder el pastel”, olvidan sus tantas “peroratas y preocupaciones”. Por eso, una gran mayoría es indiferente a llamados a movilizarse, porque todo es de acuerdo a lo que más les conviene a los intereses grupales o individuales. Definitivamente, así no se vale.