El impacto del coronavirus Covid 19 impidió la culminación del Año Escolar 2019-2020, un elemento más que agrava la de por sí precaria calidad de la educación preuniversitaria dominicana; y amenaza con dejar peores secuelas en el previsto a iniciarse el próximo 24 de agosto.

La verdad radica en que lo único cierto es la fecha de inicio fijada por el Consejo Nacional de Educación. Todo lo demás queda en un borrador de “Protocolo para la reapertura de los centros educativos Año Escolar 2020-2021, durante el Covid 19”.

La materialización de un montaje exitoso constituye un gran desafío para las autoridades educativas, que disponen de apenas dos meses para alcanzar ese propósito.

De acuerdo a lo enunciado en el referido documento, la tarea habrá de ser ardua, debido a que los cambios y reajustes son numerosos; van desde los propios centros educativos hasta las familias que suman más de 2.5 millones de estudiantes en los diferentes niveles y modalidades educativas. Abarca los aspectos de la reincorporación localizada y progresiva, la organización de los horarios, el uso de los espacios físicos, así como las condiciones de llegada, de permanencia y de salida.

Otras de las situaciones que deberán estar resueltas tienen que ver con las garantías para la existencia de condiciones adecuadas de infraestructura y las barreras sanitarias en las escuelas diseminadas en toda la geografía nacional.

Veamos, por ejemplo, las complicaciones resultantes solamente de la organización de los horarios para la docencia. Una de ellas radica en que habilitarán dos secciones en los centros de Jornada Escolar Extendida; una que se iniciaría a las 8:00 de la mañana y concluiría a las 12:30 de la tarde, y la siguiente, de 1:00 a 4:00 de la tarde. En ambos, casos se servirá el almuerzo escolar y las meriendas.

Mientras que los centros educativos de jornada regular, en cada tanda, organizarán sus secciones en dos grupos alternados con el hogar, mediante días intercalados. Los docentes entregarán actividades y asignaciones que los estudiantes deben realizar en sus respectivos hogares, los días que no les corresponda asistir a docencia presencial.

El número de educandos por aulas será de 20, contrario a como ha sido la normativa tradicional que fija en 35 la cantidad máxima.

Tampoco el año lectivo iniciará con la totalidad de los escritos en los niveles educativos. Las autoridades deben identificar los distritos focalizados en aquellas demarcaciones que exhiban un menor índice de contagio del coronavirus para iniciar con ellos la primera semana de docencia, observando las medidas sanitarias establecidas por el Ministerio de Salud Pública.

En esa primera semana se integrarán los del Nivel Secundario, en vista de que esos estudiantes deben tener mayor oportunidad para recibir una retroalimentación y socialización de conocimientos, a fin de prepararse con miras a las Pruebas Naciones fijadas a celebrarse en el mes de septiembre.

En tanto, en la segunda semana estarán en las aulas los correspondientes a los niveles Inicial y Primaria, además de los de la Modalidad de Educación de Adultos. La entrada de estudiantes en la tercera semana se ha reservado para los de Educación Especial.

Evidentemente, ante este difícil panorama, existen preocupaciones legítimas acerca del enorme desafío que implica la organización del Año Escolar 2020-2021, en estos tiempos del reinado del Covid 19.